Liliana, una compañera de la Escuela de Periodismo \”Carlos Septién GarcÃa\” colabora en una publicación mensual llamada Palabrarte
Uno de los artÃculos que publican en el número 21 es el siguiente, que titulan Distancias Discontinuas, que escribe Héctor Sandoval, dedicado a Luis Jorge Sánchez Saldaña.
Por ser una publicación que no tiene más que el propósito de servir de taller para quienes estudian letras, alejado de fines comerciales, nos prestamos a ayudarles a la difusión de sus tareas…
\”RocÃo duerme con los ojos entreabiertos en la orilla de la cama donde cosechamos almohadas.
\”Parece que observa mientras me rasuro frente al espejo. A pesar de
ser hermosa, sobre la sábana su rostro guarda la expresión de
un niño enfermo; quizá sea porque no le gusta el humo del cigarro,
pero no lo voy a apagar.
\”Deja caer su pelo al piso sin temor a
que se ensucie. Un acceso de tos me sacude.
\”Se levanta semidesnuda. Arrastrando sus sueños se dirige l baño sin mirarme. La observo con el rastrillo en la mano izquierda y el cigarro en la derecha.
Usaba minifalda la primera vez que la vi. Fue en la escala de un viaje no planeado “¿Ya viste esas piernas?â€, dijo mi amigo el vividor.
Las busqué en la pista de baile hasta que… Sà eran las piernas perfectas sosteniendo el cuerpo perfecto ligeramente contaminado con prendas oscuras, la piel morena y el pelo suelto, casi despeinado.
No sé qué andaba buscando en San Juan Lagunas cuando la encontré. Era diciembre, pero en ese pueblo amurallado de rÃos inestables no se sentÃa el frÃo, hoy se siente en esta habitación.
Regresa con la misma cara somnolienta.
—¿Qué haces? —pregunta sin levantar la vista.
—Me suspendo —respondo
—¿Cómo?
—Verás, imagina un espacio anaranjado que justo en el centro tiene una esfera oscura hecha de imágenes, sonidos o ideas o lo que se te ocurra.
En un momento esperado o inesperado, de la esfera salen pensamientos como lÃneas
rectas parecidas a espinas que crecen en distancias discontinuas hacia todas partes.
En otro momento igualmente arbitrario, se dividen en dos o más y cada una con nueva
dirección: en cada recién nacida encrucijada aparecen esferas potencialmente oscuras y el proceso se renueva.
Supón que caminas a través de las lÃneas, saltas sobre las esferas, que te balanceas con brazos y piernas de una hacia otra.
Ahora imagina que decides no caminar sobre las lÃneas y no tocar las esferas contemplando su desarrollo infinito. Dejar tu existencia en el espacio anaranjado, eso es suspenderte.
¿Me entiendes?
—No —dice bostezando—, no hagas mucho ruido y apaga la luz cuando termines.