Llévelo, llévelo… ésta es una oferta más…

Subirse al transporte colectivo de la ciudad de México es toda una hazaña. El Metrobús, el Metro, las micros, todos guardan una aventura en cada viaje.

El Metro, del que nos ocuparemos ahora, es de los más divertido, incómodo muchas veces, quizá las más; prácticamente un mercado sobre ruedas; una consola ambulante; un kiosco de diversidades infinitas.

Bajo el grito de \”ésta es una oferta más, para que no lo pague a… en otros lados, aquí sólo se lo damos en… Llévele a los niños, a las niñas un bonito regalo\”; la música no puede faltar.

Que cada uno de los trenes que conforman el convoy del Metro vaya hasta el tope, a los vendedores no les importa: \”compermicito, gracias\” y ellos siguen su camino en medio de la gente, a la que empujan si más u, obligadamente, la hacen que se mueva un lado, aunque eso les cueste prácticamente encimarse en el resto de las personas que llevan al lado.

El ruido ensordecedor de los \”discman\” con sus altavoces y su música que va desde la clásica, hasta las mejores cumbias de latinoamérica, o del danzón al pop y la balada, molesta a todos, pero nadie dice nada y que ni se atrevan.

Los chicles que son más baratos que en cualquier tienda, o los dulces, o las revistas de números atrasados a mitad de precio, los plumones, las plumas, en fin, de todo hay, como en la \”viña del señor\” dijeran por ahí.

Ayer, realicé uno de estos viajes, fue a una hora en que el Metro va tranquilo, no hay tanta gente y aproveché los momentos iniciales del recorrido de Tasqueña hacia el Toreo de Cuatro Caminos, para grabar algunas de estas acciones que bien ilustran el diario acontecer de éste que es nuestro Metro.

Mucho me hubiera gustado grabar a un grupo de estadunidenses que subieron una estación antes de que yo bajara, no era tanto por la nacionalidad o procedencia, ni por su edad, que en promedio debe haber superado los 50 años, sino por las chamarras y playeras blancas que portaban con una gran foto en la espalda: eran un grupo de fans de María de Lourdes, la intérprete de música ranchera mexicana; pero se me hacía tarde y la cámara ya la había guardado.

Vean el video:

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