Por lo menos una hora y media de tensión se vivió en el área de Oftalmología del Hospital Civil de Guadalajara, cuando un par de reos fueron llevado a “consulta en el primer piso del edificio ubicado sobre una de los costados de dicho nosocomio a la hora en que más gente se da cita en ese lugar para su atención médica.
Decenas, quizá cientos de personas, tuvieron que ser desalojadas del primer piso de la Unidad oftalmológica al filo de las 8.30 horas, bajo pretexto de que fueran a “desayunar” según dijeron las personas de seguridad interna, que a su alocución era lo que expresado por la secretaria de esa unidad de especialidades y “regresen en media hora”.
Muchos salieron del edificio, pero la parte de la planta baja se convirtió en un verdadero hervidero de voces, empujones e intentos por ascender a la planta alta, sin lograrlo “No hay acceso” era la respuesta.
Nadie sabía qué pasaba. nadie informaba el pr qué del atraso en la atención, pero al fondo de la Planta Baja, en una escalerilla fija, se podía apreciar a un hombre vestido de negro, camuflado, con el rostro descubierto, mismo que portaba un arma R-15 en sus manos y se conoció que en el piso había tres hombres más en similitud de vestimenta y armamento.
Fue hasta pasadas las 10.00 horas cuando el movimiento dejó ver la realidad. Bajaron tres uniformados de la policía estatal. Inmediatamente detrás de ellos dos hombres esposados, con uniforme color caqui; eran reclusos del Penal de Puente Grande. Sus nombres nunca fueron revelados; nadie quiso involucrarse. Sus miradas retadoras “barrieron” a todos los presentes, que pese a que se le pidió desalojar el pasillo, no lo hicieron. El portador de la cámara fotográfica omitió el flash, pero captó a los dos reclusos. Salieron por una puerta lateral y las actividades volvieron a su normalidad.
La gente, molesta comentó: “deberían traer a estos señores cuando no haya gente” y es que sí, a entre las 7.00 y las 14.00 horas esa parte del Hospital, quizá sea una de las más concurridas; un intento de rescate y muchos, muchos corren peligro. Yo sólo transmito el sentir de los pacientes, varios de ellos delicados y la mayor parte gente de la tercera edad.