El camarógrafo de Noticieros Televisa, Alejandro Hernández Pacheco, quien fuera tomado como rehén seis días en Gómez Palacio, Durango, junto a tres periodistas, y que ahora, en El Paso, Texas, busca asilo político, afirmó ayer que el Gobierno mexicano los utilizó y “expuso demasiado”.
“Siento que nos utilizaron nomás para pararse el cuello”, afirmó ayer en conferencia ofrecida en esta ciudad a los medios de comunicación.
Hernández, de 39 años de edad, dijo estar “decepcionado” del gobierno mexicano por la manera en que trató el caso y por el desamparo en el que los dejó.
“Tengo miedo de los cárteles y del gobierno, el que me cuidó 20 días, nada más”, aseguró. “Me ofrecieron reubicarme (el gobierno de México), pero la gente mala dondequiera tiene contactos”.
El pasado 26 de julio, Hernández fue tomado como rehén junto a tres periodistas más en Gómez Palacio, Durango, ciudad colindante con Torreón, Coahuila, a fin de que las cadenas de noticias para las que trabajaban transmitieran unos videos donde muestran los presuntos nexos de las Policías en la Comarca Lagunera y las células de “los Zetas”.
Seis días después fueron liberados, por los propios secuestradores y no por un operativo de la Policía Federal de México, como aseguró la Secretaría de Seguridad Pública federal, afirmó.
Después de que fueron ubicados, ya en libertad, la Policía Federal ofreció trasladarlos en un helicóptero a la Ciudad de México, donde fueron informados hablarían con el presidente de la República, Felipe Calderón; sin embargo, cuando se dieron cuenta ya estaban en el Centro de Mando de la Policía Federal, donde fueron presentados ante los medios de comunicación, sin que se les haya avisado y mucho menos pedido su consentimiento. “Había como 36 cámaras. Ese no era el trato”, dijo.
Hernández Pacheco salió ese día a la estación de Televisa en Torreón, donde se citó con el reportero Héctor Gordoa, quien llegaba de la Ciudad México a cubrir un reportaje en el Centro de Readaptación Social de Gómez Palacio, Durango, para el programa “Punto de Partida”.
Margarita Rojas, directora de dicha prisión, acababa de ser arrestada, bajo acusación de permitir a reos salir por las noches a ejecutar gente en las calles.
Al salir del penal de dicha ciudad, según los informes de la Oficina de su representante en el caso migratorio, Carlos Spector, tanto Hernández como Gordoa fueron secuestrados por unos desconocidos, quienes los llevaron en un auto a un domicilio y les cubrieron los ojos. El camarógrafo de Televisa fue metido a la cajuela del automóvil.
Al percibir que la banda puesta en su cabeza estaba “muy suelta”, Hernández decidió quitársela y tratar de huir por una de las ventanas del sitio donde se encontraban. En su intento, dijo, recibió un “tablazo” en la cabeza por parte de sus captores.
Los secuestradores habían exigido a los comunicadores ser el enlace con sus directivos de los noticieros con el objetivo de transmitir los videos antes mencionados. Incluso, dijo, los captores hablaron por teléfono con la periodista Denisse Maerker, quien conduce el programa “Punto de Partida”, para presionarla. La respuesta ese día fue la no transmisión del programa previsto para la nochde ese jueves.
Posteriormente, Hernández Pacheco cruzó a EU por la frontera de Ciudad Juárez con el Paso, Texas, el pasado 22 de agosto con una visa láser, mientras su familia lo esperó del lado mexicano. En la actualidad, ya con su familia al lado, se encuentra en espera de apoyo humanitario del gobierno estadounidense.
Alejandro Hernández Pacheco, uno de los tres periodistas secuestrados en Durango por sicarios del narcotráfico hace algunas semanas, informó que está solicitando asilo político a Estados Unidos.
Desde El Paso, Texas, el camarógrafo de Noticieros Televisa afirmó ayer que el gobierno mexicano los utilizó y “expuso demasiado”.
“Siento que nos utilizaron nomás para pararse el cuello”, afirmó ayer en conferencia.
Acompañado por el abogado Carlos Spector, quien lleva su caso, dijo que teme por su vida pues en la conferencia que ofreció junto con su compañero liberado, y con Facundo Rosas, comisionado de la Policía Federal, y Genaro García Luna, secretario de Seguridad Pública federal, \”los expusieron demasiado\”.
“Tengo miedo de los cárteles y del gobierno, el que me cuidó 20 días, nada más… me ofrecieron reubicarme (el gobierno de México), pero la gente mala dondequiera tiene contactos”, señaló.
El pasado 26 de julio, Hernández fue tomado como rehén junto a tres periodistas más en Gómez Palacio, Durango, a fin de que las cadenas de noticias para las que trabajaban transmitieran unos videos donde muestran los presuntos nexos de las policías en la Comarca Lagunera con células de Los Zetas.
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