Los dos hombres asesinados ayer, familiares de funcionarios; ambos casos relacionados

Las autoridades de Jalisco tienen mucho que investigar en torno a las últimas muertes registradas en el área metropolitana de Guadalajara, ya que mientras se dan ataques a instalaciones de un bar en plena ciudad, que contraponen teorías con las autoridades federales, se presentan homicidios de familiares de importantes funcionarios del municipio Tapatío, así como del de Tonalá.

Como sabemos, hace una semana murieron seis personas, cinco de ellas extranjeras, en la puerta del Butter Club, en plena avenida López Mateos, a unos pasos de la Glorieta de la Minerva; otras once resultaron heridas, casi todas venezolanas, a excepción de una nicaragüense y 26 más al parecer del estado de Jalisco.

Las versiones de autoridades locales y federales no coinciden. El procurador estatal, Tomás Coronado Olmos dice que el ataque fue resultado de un “incidente entre particulares” al interior del bar y que posteriormente resultó en el cobro de una venganza; lo cual a todas luces resulta inverosímil.

La PGR, por su parte establece que se investiga una posible fricción entre los elementos de seguridad de la puerta del antro y delincuentes, que también llevó a la agresión que sobrevino al filo de las 04.00 horas del sábado. El hecho es que el resultado es la muerte y lesiones de 16 extranjeros, uno colombiano con un negro historial de delincuencia organizada, por lo que una línea de investigación va en ese sentido.

Luego se dio el incendio en el Hotel Riu, en construcción, también sobre la avenida López Mateos, pero más al norte, en su cruce con la avenida Lázaro Cárdenas. Aquí, pese a que todo hacer ver se trató de un accidente al realizar trabajos de soldadura, ha evidenciado una serie de irregularidades, que ya acumula por lo menos tres muertes confirmadas, pero ocho reveladas extraoficialmente a lo largo del tiempo que que lleva en edificación, desde 2009, cuando se iniciaron las obras.

Ayer, jueves, dos muertes más se sumaron a la ola de violencia. Una, la del hermano del secretario general del Ayuntamiento de Guadalajara, Roberto López Lara, a quien le metieron una tiro de arma de fuego calibre.9 milímetros en la cabeza y lo dejaron tirado en el estacionamiento de un edificio en la colonia Jardines de la Patria, con una bolsa de dinero a su lado, la cual evidencia que no se trató de un robo y de que, por el arma utilizada, podría tratarse del crimen organizado.

Dos horas más tarde, en una brecha de la colonia Santa Ana Tepetitlán, encontraron el cuerpo sin vida de Hans Salvador Jurado Velasco, un joven de apenas 25 años de edad, quien era hijo de Hans Jurado Parres, actual director del área de transparencia del Ayuntamiento de Tonalá. Al parecer ambos casos tienen relación, porque se dice que este joven tenía nexos laborales con el abogado Carlos López Lara, lo cual ya se investiga.

Más aún, las primeras indagatorias apuntan a que Jurado Velasco, había citado a Carlos López Lara en su domicilio, ubicado en la Calle William Shakespeare, entre Maurice Baring y Ernest Hemingway, en la mencionada colonia, donde precisamente fue ultimado de un tiro en la cabeza éste último.

No se sabe si ya previamente el joven Hans había sido llevado de ese lugar por sus asesinos, pero el hecho es que dos horas después se conoció de que había sido muerto y su cuerpo arrojado en una brecha ubicada sobre la Calle Javier Mina a su cruce con Prolongación Mariano Otero, en Santa Ana Tepetitlán, también con un disparo en la cabeza.

Mucho que investigar para las autoridades judiciales y todo parece apuntar a una conexión con el crimen organizado, porque el funcionario de Guadalajara ha salido a dar la cara, primero para dar a conocer el nombre del propietario del Butter Club, que parece estar relacionado con el cártel del Milenio, pedir la revocación de la licencia y revelar una serie de irregularidades cometidas por los encargados del antro; después es quien anuncia posible cierre de la construcción del Riú y también evidencia todas las ilegalidades cometidas en la construcción del mismo.

La muerte del joven Jurado Velasco, podría ser incidental, por encontrarse conectado con el hoy fallecido al momento del homicidio, lo que permite sospechar el hecho de que lo hayan dejado a una distancia considerable del lugar del primer asesinato, para tratar de desconectar un caso del otro.

Las autoridades tienen la palabra, pero el Procurador y su gente requieren de ponerse las pilas, porque parece andan muy perdidos en sus investigaciones y el protagonismo del titular de la PGJE, Tomás Coronado lo hace buscar las cámaras de televisión, pero lo hacen ver muy mal en sus declaraciones, ante la opinión pública.