Fue el director del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN) durante el gobierno de Felipe Calderón, pero niega ser de afiliación panista; califica a Genaro García Luna, como un buen policía, pero como un Secretario de Seguridad Pública regular –más o menos, diría en realidad–; acusa falta de políticas acertadas en materia de seguridad; rechaza que durante el sexenio pasado se haya protegido al Joaquín \”El Chapo\” Guzmán y asegura que ya no es momento ni hay condiciones para negociar con la Delincuencia Organizada.
Al presentar su libro, \”La Historia del Narcotráfico en México\”, en el marco de la Feria Internacional del Libro en Guadalajara, Jalisco, Guillermo Valdés Castellanos, asegura ser honesto y señala que en el texto hay verdades, investigaciones, documentos, realidades, resultado del trabajo que por años ha realizado en diversos organismos privados, pero no esconde que aprovechó su estancia al frente del CISEN para documentar de mejor manera este libro.
Niega pertenecer al PAN y asegura ser un político independiente, que tuvo la suerte de conocer a Felipe Calderón como 10 años antes de que fuera presidente y de haber gozado de su amistad y confianza para ser designado como funcionario de Seguridad Nacional.
El libro comprende prácticamente la historia de la delincuencia organizada en México. Comprende 100 años de narcotráfico y políticas públicas erróneas sobre seguridad pública, reseñaría Diego Pertesen, periodista acreditado de Jalisco. Habla de la transición que ha sufrido el país y de la falta de una transformación en sus instituciones que fueran capaces de frenar esa tormenta perfecta que se fue formando en el fondo del proceso mismo.
Guillermo Zepeda, reconocido abogado, precisó que en el texto de puede corroborar como las instituciones han sido débiles ante la arremetida del crimen organizado y como el Ministerio Público se ha consolidado como el corazón de la impunidad.
Dante Haro, otro reconocido doctor en derecho dice que el autor vienen a alumbrar lo que no estaba alumbrado; documenta a los actores de este sistema corrupto y la colusión existente entre el narco y los políticos, los policías, las instituciones. Niega que el problema del narco en México se haya gestado en el sexenio anterior y explica que la violencia generada por estos delincuentes se puede vislumbrar en tres etapas; la primera de 1926 a 1940; la segunda de 1940 a 1980, cuando se da el auge de los grandes capos de la droga y el resurgimiento en los últimos años.
Rechaza se trate de un libro oficialista, tan solo por el hecho de que Valdés Castellanos haya sido funcionario de gobierno, aunque acepta que sí le sacó mucho provecho a su paso por el CISEN.
En su oportunidad Guillermo Valdés acepta que el factor Estados Unidos ha sido determinante en el boom del narcotráfico, porque allá son consumidores; pero resalta que el real problema es la venta indiscriminada de armas que se hace hacia nuestro país, porque la existencia de ese armamento es lo que ha permitido el incremento en la violencia en México
Dice que resulta muy complicado acabar con esta ola de violencia, porque la misma corrupción imperante en las altas esferas del gobierno permitió su crecimiento, incluso se le impulsó y ahora que se dan cuenta se les salió de las manos no saben como enfrentarlo.
Llama a reconstruir a las instituciones, a imprimirle mayores recursos, pero también a ponerle voluntad, porque de lo contrario no se podrá avanzar en su lucha, que puede llevar hasta 15 o 20 años.
Dice que prescindir de los recursos provenientes del narcotráfico es factible , dado que representan apenas el 1% del PIB y aún cuando 7 mil millones de pesos pueden parecer mucho dinero, frente al tamaño de la economía nacional es poca cosa.
Fuera de Presidium y a pregunta expresa de Alerta Periodística, Guillermo Valdés niega que el gobierno de Felipe Calderón haya protegido al Chapo Guzmán y que el gobierno esté en condiciones de negociar con la delincuencia organizada \”No es posible, Ya no es tiempo. A quién pondría usted a negociar con quien\” pregunta para dejar entrever que la corrupción ha alcanzado niveles tales que se confunden unos con otros.
Dice que Genaro García Luna es buen policía, Pero cuando se le interroga sobre como lo ve como Secretario de Seguridad Pública que fue durante los seis años de Felipe Calderón sólo contesta: \”más o menos\”. No dice más sobre el funcionario que ha sido acusado de estar coludido con el crimen organizado. \”Se dicen muchas cosas, No creo\”, puntualiza.