La historia cambió entonces; ese fatídico 23 de marzo

\"Colosio\"

Ese 23 de marzo de 1994 estábamos a punto de hacer el envío de la información a los medios. En la zona de fotocopiado de la Sala de Prensa del CEN del PRI, en Insurgentes, en la ciudad de México, veíamos una televisión mientras se completaban los sobres para todos los diarios, radio y televisoras. De momento en la pantalla aparecían las imágenes del atentado contra el candidato del tricolor a la Presidencia de la Repùblica. En Lomas Taurinas un sujeto le acaba de disparar en la cabeza. El candidato se veía tirado y todo era alboroto.

Salí corriendo de la Sala de Prensa y llegué a la oficina de Carlos Samayoa, el eterno director de Información. Lo acompañaban La Morena, Miriam Chávez y Guadalupe Moreno, Les comuniqué lo que acababa de ver en la televisión y todos corrimos a la oficina de Ramiro Pineda, la subsecretaría de Prensa. Allí, ya arremolinados, estaban todos quienes nos habíamos quedado a esperar la información, la secretaria del titular de la oficina y algunos asistentes. Varios comenzaron a llorar. Varios de ellos venían desde la Sedesol con Luis Donaldo Colosio, algunos eran de su estima personal.

Nadie creíamos lo que veíamos. La actividad de detuvo por unos minutos. Expectantes, impávidos, mudos, veíamos como se desarrollaban las coas en Tijuana, Baja California. Poco nos dejan ver. Lo inesperado sucedió. Liébano Saez salía ante los representantes de los medios de comunicación a dar la noticia. Luis Donaldo Colosio había muerto.

Gritos de las mujeres que estaban con nosotros se escucharon en todo el edificio del CEN priista. Nos encerramos en las oficinas. Comenzaron a llegar decenas de reporteros. Todos querían mayores datos. Nosotros no los teníamos. La información estaba en Tijuana.

Las horas se hicieron eternas. Llegó la noche. Al día siguiente regresaron algunos compañeros de Baja California. Había que irse a dormir unas horas.  Mi misión era salir, al filo de las 5.00 horas hacia Magdalena, en Sonora, a donde deberían llegar los restos del mal logrado candidato, junto con todo el \”Pool\” de prensa .

En el CEN se iniciaron los preparativos para la recepción del cuerpo del candidato priista. Las reuniones se dieron una tras otra. Se designó a Ernesto Zedilllo Ponce de León, quien había fungido como coordinador de Campaña, como el nuevo candidato a la Presidencia de México. Él mismo viajaría a Sonora para acompañar a la viuda en las exequias correspondientes.

El resto lo conocemos todos. Un intento de Carlos Salinas por acompañara a la familia. Laura Riojas lo rechazó.  Aún así llegó hasta la tumba donde horas más tarde fue enterrado el extinto candidato.

Nosotros, el \”pool\” de prensa, continuamos en la gira de Zedillo por Mexicali. La historia cambió entonces.

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