El ligazo de la muerte

Amaury jugaba como lo ha hecho en muchas ocasiones. Estaban en el salón de clases de la secundaria. En esta ocasión se le ocurrió sacar una liga; tomó un clip y lo lanzó como resortera contra su compañera Adriana. Las risas de quienes se dieron cuenta de ello no esperaron. No conocían de las consecuencias que esa pequeña broma traería.

Adriana comenzó a sentirse mal. Acudió a la dirección de la escuela a notificar de su estado de salud. Alcanzó a contar lo del ligazo que le acaban de propinar. Cayó al suelo convulsionada. Se pidió una ambulancia y fue trasladada a un hospital. Ya no vivió para contarlo. Amaury quedó “detenido” en la dirección de la escuela.

Se trata de dos menores de edad, él tiene 14 años, ella tenía la misma edad. Ambos cursaban el tercer grado de la enseña “media superior” como le llaman. Las autoridades de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal tomaron cartas en el asunto, Se buscaba una salida a esta tragedia.

Se comenzaron las investigaciones. El cuerpo de Adriana fue llevado al Servicio Médico Forense para practicarle la necropsia de ley. El resultado se dio a conocer esta noche: sufrió “un derrame cerebral no traumático”, es decir, el golpe por clip que le asesto Amaury no fue la causa, Ella tuvo un alza repentina en la presión arterial, lo que le provocó el estallamiento de una vena del cerebelo, y ello la muerte

Después de este resultado las PGJDF resolvió no responsabilizar al niño Amaury, porque las causas de ese estallamiento pudieron ser diversas. El regresó a su casa. A ella la velan esta noche sus familiares. Los alumnos de la secundaria ubicada en Iztacalco, en la Ciudad de México, donde estudiaba Adriana quedaron pasmados. Una cosa sí es cierta, pensarán dos veces en volver a soltar un ligazo contra cualquier de sus compañeros.

Amaury, aunque sin responsabilidad llevará en su ser el peso de esta muerte por muchos años. Ojalá no afecte el desarrollo de su vida. Finalmente son bromas de secundaria. Las consecuencias nadie, nunca, hubiera podido imaginarlas a esas magnitud.

Descanse en paz Adriana.