Alerta Periodística / El Universal.-
La influencia del narcotráfico en la política ha pasado de ser sospecha a convertirse en una realidad.
En Nuevo León, el ex candidato panista a la gubernatura Mauricio Fernández Garza aceptó que durante su campaña el narco le ofreció dinero. “Me daban millones de dólares para mi campaña, a cambio de protección policiaca e impunidad”.
En tanto, en Sinaloa el actual diputado local y ex legislador federal Óscar Félix Ochoa (PRI) está en medio de la polémica luego de que dos hermanos suyos fueron detenidos con cocaína y 28 mil dólares.
En la misma entidad, pobladores de Eldorado conocen cómo la familia López Núñez incrementó su patrimonio de manera inusual. El fundador del clan, Dámaso López García, es actualmente síndico, y sus hijos Dámaso y Alfonso López Núñez han sido vinculados al narco por la Sedena.
Me ofrecían cuanto dinero quisiera
El crimen organizado ofrece dinero a todos los candidatos a cargos de elección para sus campañas y allegarles votos a favor, a cambio de prebendas y negocios, aseguró el empresario Mauricio Fernández Garza, quien, como abanderado panista, el 6 de julio de 2003 perdió la gubernatura de Nuevo León ante Natividad González Parás, y así el PRI recuperó el estado.
“A mí me ofrecieron dinero del narco, me dijeron que los millones de dólares que yo quisiera para mi campaña, a cambio de protección policíaca e impunidad”, dijo Fernández Garza, un polémico político y empresario, miembro de consejos de admistración de empresas de capital regiomontano, ex senador de AN y ex alcalde de San Pedro Garza García.
¿Existe en las campañas el dinero del narcotráfico?
Alguna gente piensa que si te lo dan los narcos es malo y si te lo da alguien que quiere un favor, un amigo tuyo o un empresario, es bueno; yo pienso que son igual de malos los dos y tú sabes como político si aceptarlo o no. En mi caso, me dijeron que los millones de dólares que yo quisiera para mi campaña. Yo sabía que era del narcotráfico, pero no los acepté.
¿Qué te pedían a cambio?
En la mayoría de casos, protección e impunidad. Quieren libertad de hacer sus negocios.
¿Por qué no aceptaste?
No los agarré, porque no los necesitaba.
¿A todos los candidatos les ofrecen dinero?
Le puede pasar a cualquier candidato a gobernador, de cualquier estado. A mí se me haría raro que no lo buscaran los narcos, se me haría raro que a un candidato no se le acercaran, pero ya depende de cada abanderado. No hay programas de fondo, ni reglas que te regulen este dinero; yo he platicado con otros candidatos y están en el mismo caso.
¿Quiénes?
Creo que no me compete decirlo, pregúntale a cada uno de los que han sido candidatos.
¿Hay manera de evitarlo?
Creo que hay varias cosas, errores espantosos. Primero, los costos de campañas que son estratosféricos, el cómo se enfocan las campañas aun con la nueva ley (electoral federal). Es un desgaste de decir estupideces, y me incluyo, porque no hay programas de fondo. Lo importante sería que un candidato llegara con amplio consenso ciudadano.
No es por justificar, pero es más fácil tomar el dinero sucio o limpio y aplicarlo que hacer campaña real, ¿o no?
Según el empresario, ese dineral que se gastaba en las campañas es ridículo y absurdo. “Y estoy seguro se seguirá de una u otra forma gastando, ya era una tradición de ese gasto ridículo y absurdo, así están enfocadas nuestras campañas”, agregó.
“Si tuvieras el más mínimo sentido de gobernabilidad y de consenso ciudadano y de verdad quieren favores, te sientas con la gente y pláticas qué apoyo puedes recibir; eso es trabajo de gastar la suela, de hacer talacha, no necesitas de tanta lana para hacer eso”, insistió.
Para Fernández Garza, su derrota en las urnas en 2003 fue porque su estructura electoral y la de su partido fallaron.
En Sinaloa ya se instaló
La mañana del jueves 5 de junio, las tropas se desplegaron por la calle Teófilo Noris cuando unos individuos huyeron por la parte trasera del inmueble de dos niveles, el cual quedó acordonado. Fue entonces cuando aparecieron las evidencias, tras el cateo de la casa en el centro de esta ciudad, donde el Ejército llegó por una llamada anónima.
Había dos vehículos, uno blindado. Cargadores regados por el lugar acompañaban el hallazgo de un par de armas cortas con piedras preciosas; una caja fuerte con documentos y docenas de fajos de billetes que, según las autoridades, sumaron 5 millones 203 mil 750 dólares, fueron suficientes para calificar el lugar como “casa de seguridad” del narco.
El hermetismo castrense siguió en los siguientes días hasta que el miércoles 11, la vocera del operativo Culiacán-Navolato señaló que un nuevo aseguramiento de un rancho, efectuado horas antes en la comunidad de Eldorado, se había derivado de la información encontrada en el cateo a una residencia días atrás.
No especificó de qué inmueble se trataba, pero en la comandancia de la novena zona militar en la capital del estado se informó que el lugar era donde se halló la caja fuerte, los documentos y el efectivo. No se dieron nombres ni mayores datos, pero una visita al pueblo bastó para conocer lo que de tiempo atrás era un secreto a voces sobre el sitio incautado.
Para llegar al rancho Los Dámaso o Las Tortugas —tiene cuatro hectáreas, un lago con palapas, caballerizas, amplios jardines y una construcción vigilada con cámaras de seguridad— se debe tomar la carretera de Culiacán a Mazatlán, seguir la vía a Eldorado y unos kilómetros adelante parar en el ejido Portaceli.
Gran parte de los pobladores de esta comunidad conoce a la familia López Núñez, dueños del lugar donde la Procuraduría General de la República (PGR) colocó sellos de “asegurado”, porque en la última década incrementaron su patrimonio de manera inusual para ser simples agricultores de la región.
El priísta Dámaso López García, síndico de Eldorado electo en 2007, es padre de Dámaso y Adolfo López Núñez. Ambos aparecen en el reporte de inteligencia militar de junio de 2006 del Estado Mayor de la Defensa Nacional; en él, la novena zona militar da cuenta de su investigación a los hermanos por su presunto nexo con el crimen organizado en Sinaloa.
El documento fue publicado hace unos días por el semanario local Río Doce, y registraba que el primero de los hermanos fue coordinador operativo de la policía ministerial en el sur del estado y el segundo se desempeñó como supervisor operativo de la corporación en la sindicatura de El Salado en los años 90.
De los dos, Dámaso, el primogénito del clan, resultó tener episodios confirmados con el narcotráfico. Durante 2001 fungía como subdirector de vigilancia y custodia del penal de máxima seguridad de Puente Grande cuando se dio la fuga del capo Joaquín El Chapo Guzmán.
Pese a estar involucrado en el expediente judicial 16/2001, publicado en abril de aquel año por EL UNIVERSAL, no fue detenido sino hasta septiembre de 2006, cuando el Ejército capturó a Javier Torres Félix, El JT, principal operador de Ismael El Mayo Zambada.
UN NARCODISTRITO ELECTORAL
Quedó libre al poco tiempo y por estas fechas está ilocalizable para la prensa en esta parte sur de Culiacán, donde se ubican las poblaciones de Quilá, Costa Rica y El Salado, las cuales con sus comunidades aledañas componen el distrito 14 electoral a nivel estatal y del que es diputado en el Congreso local el priísta Óscar Félix Ochoa, quien reconoció el año pasado, en entrevista con este diario, ser cuñado de El JT.
En este distrito también se encuentra el poblado del Álamo, donde nació El Mayo Zambada, y la comunidad Loma de Redo, donde el 9 de junio pasado fueron detenidos por el Ejército Celin y Leopoldo Félix Ochoa, hermanos del legislador del PRI quienes, junto a Mellín, tercero del clan familiar capturado en la colonia Lázaro Cárdenas en Culiacán, fueron acusados de portar armas, 18 kilos de cocaína, además de incautarles 28 mil dólares en efectivo junto a cuatro camionetas de modelo reciente. Pocos días después los dos primeros fueron liberados, pero el tercero quedó sujeto a juicio por narcotráfico.
Por esos días se conoció que la “narcocasa” donde se parapetaron los sicarios que dieron muerte el 26 de mayo pasado a siete policías federales, en el número 1100 de Alba Acosta en la colonia Las Vegas, a pocas cuadras de la comandancia de la novena zona militar, fue utilizada en 2003 como casa de campaña por Félix Ochoa cuando fue candidato a diputado federal por el PRI en las elecciones legislativas de aquel año. El legislador se deslindó en entrevista tanto de sus hermanos como de la renta del inmueble.
Y QUE VA PASAR CON ESTOS DELINCUENTES? TIENEN QUE ASER ALGO