La Carta la rompí hace unos momentos Lo que decía en ella, te lo he dicho en pequeñas frases.
Ella, en su breve escrito, en aquella tarjeta blanca redactada a máquina; sí en aquellas máquinas de escribir que casi ya no existen; en su Remigton; esas que fueron sustituídas por las modernas computadoras; escribe y lo entrega a quien siempre consideró su mejor amigo, a aquel con quien quizá tuvo alguna aventura, pero que nunca culminó en romance; a quien en algún momento fue su confidente, pero no se atrevió a declararle su amor; a ese amigo con quien creyó soldar su vida, pero que por circunstancias del destino tuvo que dejar ir.
Sólo te mando el párrafo de una canción, esa que me gusta mucho de Mijares, esa que manifiesta mucho mi sentir en este momento
Sólo de esta forma se atrevió a dejar testimonio del amor que sentía por ese hombre que la cautivó desde el primer día en que se conocieron; ese varón que le apostó todo a su trabajo y que nunca fue capaz de darse cuenta del sentimiento que había despertado en la mujer con quien convivía a diario; ese ser que se convirtió en una ilusión y que pasó a ser la imagen viva de la añoranza femenil.
\”Me acordaré de tí cada minuto amor, es fácil pues te llevo en el corazón. Lo que nos sucedió no se puede olvidar, es lo más bello que haz dejado en tu lugar\”
Debajo de la tarjetita, adjunto a ella, le entregó la letra de una canción más, no sin antes precisar y solicitarle algo:
Cuando escucho esta canción me acuerdo de tí, haz lo mismo por favor
La canción todos la conocen; la interpreta la mujer de Mijares, Sí, Lucero
El nombre: Corazón a la Deriva.
El Recuerdo ahí quedó;
las miradas se perdieron;
la distancia los separó.
La carta… se rompió.