Blanco y su Soberbia Actuación

$\"\"$ No me gusta esto de fusilarse las notas, pero para que no digan que me apasiono con el América, que este jueves y el próximo domingo, le ganará a las Chivas del Guadalajara, les paso la nota que manejó el Universal en su página On Line.

Que conste que está textual y con sus respectivos créditos tanto al reportero, como al Gran Diario de México

Daniel Blumrosen Juárez
El Universal
Lunes 27 de noviembre de 2006

Justo cuando iniciaban los dos minutos que Armando Archundia agregó en el segundo tiempo Cuauhtémoc Blanco ejecutó un pésimo disparo que salió del campo por la banda derecha… la reacción de los casi 40 mil americanistas que asistieron al estadio Azteca fue aplaudirle, rendirle pleitesía. $\"\"$

Qué importaba que su ensayo fuera pésimo, el 10 de las águilas ya había hecho lo necesario para sacar a su equipo del hoyo.

Está claro, las piernas ya no le dan para jugar los 90 minutos, pero su talento es más que suficiente para guíar al América al éxito.

Bastaron tres jugadas para que Blanco despedazara los sueños atlistas, porque no sólo fue el golazo que revivió a los azulcrema, en el segundo sirvió un gran balón a Nelson Cuevas, el cual fue sorpresivo para la defensiva rojinegra y en el tercero su genialidad le permitió a José Antonio Castro entrar al área sin marca.

Una vez más, Cuauhtémoc se robo la tarde; de nuevo cargó a sus Águilas y otra vez a los rivales sólo les quedo alabarlo.

\”La diferencia fue Cuauhtémoc, por que en el primer tiempo ellos no tenían ni idea en el ataque\”, aseguró Denis Caniza, defensa del Atlas. \”Nos faltó salir a enfrentarlo más en el mano $\"\"$ a mano porque él fue el hombre clave\”.

Es por eso que las playeras con su número y apellido son las que más aparecen en las tribunas. Los aficionados americanistas parecen no tener duda de que Blanco será quien los lleve a la victoria en la semifinal ante el Guadalajara.

\”Entró nuestro héroe y resolvió todo\”, dijo un integrante de la Monumental mientras Blanco aplaudía a la porra antes de abandonar el campo, que se volvió a iluminar con su inagotable talento