Asesinan e incineran al director del C-5 en Monterrey

Homero Guillermo Salcido Treviño, director del C-5, principal centro de seguridad e inteligencia del Estado, fue asesinado e incinerado, luego de ser atacado con armas de fuego largas y con una granada de fragmentación, en calles de la ciudad de Monterrey, en Nuevo León.

Al rededor de las 22:00 horas de ayer, se reportó el incendio de una camioneta Jeep Grand Cherokee, aparentemente blindada, en el cruce de las calles Vallarta y Washington, en la capital nuevoleonesa.

En un principio acudieron elementos de Bomberos y Protección Civil a sofocar las llamas que consumían la parte trasera de la unidad, pero se desconocía la identidad del fallecido, quien quedó completamente calcinado en el asiento trasero.

Fue horas más tarde en que empezó a circular la versión de que se trataba del cuerpo de Salcido Treviño, sobrino de Luis Carlos Treviño Berchelmann, ex Secretario de Seguridad Pública estatal,  quien fue relevado del cargo apenas el pasado 3 de febrero.

Aunque elementos de la Policía Regia habían acordonado sólo unos metros a la redonda de la camioneta, minutos después llegaron decenas de agentes ministeriales, peritos y militares, que cercaron una cuadra del sector para evitar que la unidad fuera observada.

Salcido Treviño era ingeniero, tenía 40 años y era hijo de una hermana del ex Secretario de Seguridad del Estado.

Según testigos, anoche la camioneta, en la que aparentemente llevaban plagiado a Salcido Treviño, fue estacionada por sicarios en el lado poniente de la banqueta de Vallarta.

Los sicarios, de los que no se precisó número ni en cuántos vehículos se desplazaban, dejaron al hombre en el asiento trasero.

Luego, dijeron las fuentes, varios de los pistoleros abrieron la puerta trasera derecha de la Grand Cherokee y acribillaron al hombre, para después lanzar una granada que detonó dentro del vehículo, lo que provocó el incendio.

El funcionario y la parte trasera de la camioneta quedaron calcinados, y el vehículo terminó con algunos orificios, de los que no se precisó si fueron causados por balas o por las esquirlas de granada.

Un negocio de la zona también presentó orificios aparentemente causados por las esquirlas de la granada.

Debido a que la víctima quedó totalmente calcinada, según una fuente, los agentes de la Policía Ministerial y Regia no pudieron confirmar si al occiso lo llevaban amarrado o esposado, pero trascendió que tenía las piernas atadas.