El asesinato de un taxista y un yesero, el miércoles de la semana pasada en la colonia Los Laureles, frente a Pemex, llevó a la Procuraduría de Justicia del estado de Guanajuato a la captura de dos presuntos sicarios, uno de los cuales resultó ser el jefe de la plaza de “La Familia Guanajuatense”, Alfonso Altamirano Piñón (a) “La Rubia”, “El Tribi” y/o “La Güera”. Se les inculpa además del homicidio del comandante de la Policía Federal Eladio Romero y de varios secuestros.
Funcionarios de la procuraduría de Justicia del estado confirmaron la información y agregaron que los dos detenidos son originarios de Michoacán.
Los arrestos fueron entre el martes y miércoles pasados, luego de operativos, -incluyendo cateos en casas de seguridad- en San Francisco del Rincón y Celaya.
El otro detenido es Humberto Álvarez, apodado “El Conguitas”. Este último es quien dio muerte al taxista Martín Gerardo Montes Sánchez y al yesero Javier García Uribe, por órdenes de “La Rubia”.
Tanto el taxista como el yesero presuntamente eran también miembros del “La Familia”, ordenándose sus muertes porque el yesero delató los movimientos del grupo delictivo a autoridades policiales, en tanto que la ejecución del taxista se originó por desobedecer órdenes de no entrar a robar a una casa en la colonia Los Laureles, que fue donde se encontraron los cuerpos asfixiados de ambas víctimas.
EL “Panchillo”, el sobrino de la Tuta
De acuerdo con la información proporcionada por funcionarios de la Procuraduría de Justicia, “La Güera” aseguró ser el jefe de la plaza de “La Familia Guanajuatense”.
A este grupo delictivo, que comanda Alfonso Altamirano Piñón, se le atribuye el homicidio del comandante Eladio Romero Durán, jefe de inteligencia -de esta región- de la Policía Federal ocurrido el pasado lunes 13 de julio.
Cuando se registró la ejecución del comandante de la PFP, la procuraduría de Justicia del estado hizo operativos e informó en aquella fecha de la detención de cuatro integrantes de “La Familia”, uno de ellos de nombre Francisco Javier Sotelo Barrera, “El Panchillo”, quien al momento de ser detenido manifestó que era el sobrino de “La Tuta” -uno de los máximos líderes del grupo delictivo en Michoacán-.
A la “Güera” y al “Conguitas” -su cómplice ejecutor- se le atribuyen también el secuestro de un hombre registrado días antes de la ejecución del policía federal y otros plagios.