La investigación que realiza la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) en torno al secuestro y asesinato del joven Fernando Marti se tambalea y todo porque las cosas no concuerdan y el testigo protegido por las autoridades no reconoce a ninguno de los tres presuntos implicados en el caso y que permanece arraigados.
La revista Proceso, en su número que circula esta semana, revela los detalles de la investigación y establece que la PGJDF aún no ha podido comprobarles nada a tres policías judiciales arraigados como presuntos partícipes en el secuestro y asesinato del joven Fernando Martí, y a quienes las autoridades señalan como miembros de la banda de La Flor, caracterizada por asfixiar a sus víctimas con bolsas de plástico y colocar crisantemos sobre sus cuerpos.
En esta indagatoria, dice el semanario, en la que trabajan de manera conjunta la PGJDF y la PGR, las acusaciones por secuestro, homicidio y delincuencia organizada contra José Luis Romero Ángel, Marco Antonio Moreno Jiménez y Fernando Hernández Santoyo, arraigados por 90 días desde el sábado 2 de agosto, se debilitan por falta de pruebas.
Además, Christian Salmones, el escolta de Fernando Martí y una de las piezas clave para esclarecer este caso, no reconoce a ninguno de los tres judiciales acusados del secuestro del menor.
De continuar sin resultados, la procuraduría capitalina tendrá que indagar en otras pistas, como el entorno familiar. Alejandro Martí, padre del joven, pidió que no se investigara esta línea.