Continúan los ataques contra Marisela Escobedo

Como si la muerte de Marisela Escobedo Ortiz no hubiera sido suficiente para los asesinos, los ataques contra su lucha silenciosa continúan en el estado de Chihuahua. Aún cuando la sociedad no sale todavía del asombro por la muerte de la activista social, por la impunidad con que pueden actuar los delincuente en esa entidad, las consecuencias se pagan todavía en las calles de esta urbe gobernada por quien dice actuará en defensa de los derechos de quien había ya resultado incómoda para la administración que encabeza y apenas comienza.

Esta mañana un comando, al servicio de la delincuencia organizada, no se sabe si oficial o no, se llevaron por la fuerza al hermano de quien fuera esposo de la madre de la joven Rubí Marisol Frayre, asesinada en agosto del 2008 a la edad de 16 años.

Pero no sólo eso, también le prendieron fuego a su negocio, un negocio familiar de madera y les causaron un daño más a la familia que sigue en pie de lucha y dentro de la cual la más golpeada ha resultado, precisamente, la hija de Rubí; la nieta de Marisol, de apenas dos años, quien ha perdido a dos madres; las dos a manos de asesinos que vive bajo la tutela de quien sabe qué ángel guardián, pero que sospecha despacha en Palacio de Gobierno de la capital chihuahuense.

En comando armado quemó, aproximadamente a las 8.42 horas de este sábado, la maderería propiedad de José Monje Amparán, quien fuera en vida la pareja sentimental de Marisela Escobedo. Los agresores, a decir de las autoridades, irrumpieron en el local y se llevaron al hermano del mencionado dueño del negocio \’Maderería y Materiales Monje\’, ubicado sobre el cruce de la calle Sierra Madre del Sur y bulevar Óscar Flores, de la colonia La Cuesta, para luego rociar gasolina al establecimiento, prenderle fuego y huir.

Testigos refieren que Manuel Monje Amparán, de 37 años, fue subido a la fuerza a un automóvil tipo Sentra, a la vez que las llamas comenzaban a invadir el negocio.

Varias máquinas de bomberos acudieron a sofocar las llamas, pero el establecimiento presentó daños totales en su estructura, así como en el material que albergaba.

Ya lo dijo Isabel Miranda de Wallace ayer, durante una entrevista con el Diario, Marisela Escobedo no murió por denunciar, si no que fue por buscar justicia y “allí no podemos confiar en que la autoridad judicial va a hacer algo diferente, porque no lo hizo”, en su momento.