Perionotas / El Universal
Casi simultáneamente en diferentes hechos, tres presuntos narcomenudistas fueron ejecutados afuera de sus domicilios por hombres armados, tras ser acribillados con balazos en la cabeza al norte del área metropolitana de Monterrey.
El primer reporte ocurrió en la doble ejecución de los hermanos Roberto y Juan Mendoza Ruiz, de 48 y 29 años, respectivamente, quien sufrieron ambos disparos en la cabeza.
Los hechos ocurrieron a las 19:00 horas, sobre la calle San Martín, en su cruce con la calle 8 de octubre en la Colonia Fomerrey 1, informó la planta de radio de la Cruz Verde de Monterrey.
A decir de vecinos del sector, los hermanos fueron sorprendidos por al menos seis hombres armados y encapuchados, que descendieron de dos camionetas para disparar contra su objetivo con pistolas calibre 9 milímetros.
Detallaron que uno de los ahora occisos se dedicaba a la venta de mariguana y cocaína al menudeo, tal como lo hiciera su padre identificado como Juan Mendoza que falleció hace cinco años.
\”Ellos siguieron los pasos de su padre… siempre esa casa era punto de venta de droga desde hace tiempo\”, dijo Doña Olga quien tiene su domicilio enfrente de donde quedaron los cuerpos.
Trascendió que otra persona que estaba con los hermanos logró sobrevivir de la balacera, pues se encontraron huellas de sangre a unos 15 metros de distancia del cuerpo más cercano.
El tercer ejecutado
Minutos más tarde se reportó, vía frecuencia, la tercera ejecución de otro narcomeudistas en la colonia Fomerrey 51, en donde hace una semana presuntos sicarios ajusticiaron a dos hombres distribuidores de cocaína al menudeo en el sector.
Ángel Gabriel Sánchez Mendoza, de 29 años, fue ejecutado afuera de su domicilio por sicarios que utilizaron una fusil AR15 de calibre .223.
También las primeras investigaciones arrojaron que era un narcomenudista.
Esta ejecución ocurrió a las 19:45 horas sobre la calle León Menor, en su cruce con Cangrejo en la dicha colonia, informó la Policía Ministerial especializada en homicidios.
Ahí los peritos levantaron un poco más de diez caquillos repercutidos de grueso calibre.