El fuego no perdonó nada a su paso

\"DesolaciónFue alrededor de las 6.20 horas cuando se reportó la primera explosión en los ductos de Pemex en la población de Texmelucan, Puebla; inmediatamente comenzaron a arder casas, automóviles, negocios; el fuego no dispensó nada a su paso. Se continuaron varias explosiones más que fueron arrojando muertos y heridos por las calles de la zona y que hasta el mediodía de este domingo sumaban ya 16 personas fallecidas, nueve de ellas menores de edad y por lo menos 32 más heridas, con quemaduras de tercer grado que las mantienen en hospitales de Puebla en estado de gravedad.

Unos succionadores de combustible ilegales, lo hacían en una toma clandestina en uno de los ductos que cruzan por esa población poblana; se les salió de control, comenzó el fuego y llegó lo inesperado, la presión del gas y las gasolinas, provocó una fuerte explosión que se llevó primero a los responsables de la tragedia y como bestia sin correa corrió por las calles y drenajes, para en cada alcantarilla dejarse sentir con sendas explosiones y llamaradas de fuego que alcanzaron varios metros de altura en un radio de por lo menos tres kilómetros de distancia.

Imposible correr, difícil advertir que la carrera naranja de los lengüetazos de fuego iban tras de ellos, por ello muchos sucumbieron ante las llamas; las cifras pueden crecer ya que mientras se remueven escombros se encuentran más cuerpos calcinados. Varios de ellos pertenecen a menores de edad. Los cuerpos de rescate buscan sin querer encontrar mayores desgracias, pero las encuentran.

Las declaraciones, las cifras, los números, las fotografías, los videos inundan la red, mientras familias afectadas tratan de llegar a los albergues que Protección Civil ha habilitado en San Diego Xocoyucan y otro en San Felipe Ixtlacuixtla, en Tlaxcala, así como en el complejo cultural de San Martín Texmelucan y en la Unidad Deportiva Ángeles Blancos, en este municipio.

Allí se les brinda ayuda de primera mano, mientras las autoridades, dicen, realizan las investigaciones para determinar culpabilidades, cuando es de todos conocidos la cantidad de tomas clandestinas que existen en este y en otros muchos lugares de la Republica Mexicana y que sólo ante la tragedia se reconoce de su ubicación.

Sólo la muerte de gente de inocente permite sacar a la luz las irregularidades con que trabaja la Paraestatal, las falacias que nos muestran las autoridades municipales, estatales y federales, para salir en breve con sus famosas “condolencias por las pérdidas irreparables”. Ya oigo los lamentos del presidente Felipe Calderón quien “lamenta los hechos y condena esta barbarie y pide a sus colaboradores que las investigaciones se lleven a fondo y se aplique la Ley”. Lo oigo, sin que lo haya hecho, pero que no tarda en hacerlo.

Cuantos “daños colaterales más” habremos de soportar, en ésta que no es la lucha del crimen organizado, sino de las mafias gubernamentales y sus corruptelas, porque también, seguramente, habremos de escuchar que hay personal de Pemex involucrado en esta tragedia, como siempre sale a relucir en situaciones similares. pero nunca se actúa a tiempo. “Después del niño muerto, a tapar el pozo”, esa es la forma de actuar de las autoridades.

Mientras tanto en Texmelucan la Navidad estará marcada por esta tragedia, como en 1984 lo estuvo por la tragedia de las explosiones del 19 de noviembre de ese año en la colonia de San Juan Ixhuatepec, conocido más popularmente como San Juanico, en Estado de México.

Cifras oficiales

Los números, sólo son eso, cifras frías que no nos revelan más que la inacción del gobierno: hay después de esta explosión al menos 32 personas heridas, 32 casas destruidas y 83 más expuestas a fuego indirecto.

Ahora, dice el Secretario de Gobernación poblano, las labores se centran en la búsqueda de cadáveres y en verificar los inmuebles más dañados porque hay riesgo de que colapsen.

De acuerdo con los informes de las autoridades, el estallido se derivó de la fractura de un ducto de Pemex debido a la extracción ilegal de combustible, al parecer combustóleo y gasolina.

Alrededor de las 5:15 horas se registró la primera explosión en la colonia El Arenal, tras la cual el combustible se comenzó a regar sobre la calle Camino al Centro Escolar, provocando el incendio de 32 casas que estaban a su paso.

Posteriormente el combustible llegó hasta las aguas del río Atoyac, afectando las colonias Ojo de Agua, Solidaridad, San Damián y la Junta Auxiliar de San Lucas Atoyatenco, en las cuales se registraron incendios y explosiones de tanque de gas.

2 thoughts on “El fuego no perdonó nada a su paso

  1. Pingback: Bitacoras.com

Deja un comentario