Hoy, hoy, hoy

Vida nacional

Pablo Hiriart

 

Ala reunión de hoy las autoridades federales y las estatales tendrían que entrar cabizbajos, apenados, pero con propuestas concretas y viables en el corto y en el mediano plazos.

Laura Elena Herrerón, organizadora de la marcha Iluminemos México, informó esta semana que durante el sexenio van 60 secuestros que culminan con el asesinato de la víctima.

Y estamos hablando de un sexenio que aún no llega a su segundo año.

No es únicamente Felipe Calderón el que ha fallado, como lo afirma Manlio Fabio Beltrones.

Claro, es su deber mantener la seguridad en el país y él tiene a su cargo los servicios de inteligencia, la fuerza pública y las herramientas para el combate al crimen en su ámbito federal.

Los resultados no han sido malos, sino desastrosos.

El gobierno federal está en deuda con la ciudadanía.

Pero, pregunto, ¿se pueden entregar buenas cuentas cuando los gobiernos estatales no hacen su trabajo y ni siquiera gastan lo que el Congreso les asigna para seguridad pública?

¿Se pueden entregar buenas cuentas cuando las autoridades estatales permiten y lucran con el negocio que significan los reclusorios, desde donde operan bandas de secuestradores y de extorsiones telefónicas?

¿Se pueden entregar buenas cuentas cuando los policías municipales ganan tres mil pesos al mes y deben “acompletar” el sueldo como sea para sostener a sus familiares?

¿Se pueden entregar buenas cuentas con policías que deben arriesgar su vida por un salario mínimo o cercano al mínimo?

¿Se pueden entregar buenas cuentas cuando ningún gobernador está dispuesto a deshacerse de sus cuerpos policiacos que están infectados de bandidos?

¿Se pueden entregar buenas cuentas mientras siga la hermandad de autoridades y cuerpos policiacos que proveen de dinero a sus superiores gracias a la extorsión a los ambulantes, los taxistas pirata, los narcomenudistas, los giros negros, a los traficantes de personas..?

¿Se pueden entregar buenas cuentas cuando el monopolio de la acción penal la tienen el Ministerio Público y sus agentes, que ganan dinero al no ejecutar las órdenes de aprehensión?

¿Se pueden entregar buenas cuentas cuando la autoridad de la capital del país se niega a reconocer al Presidente, con todo lo que ello implica en términos de coordinación para la seguridad?

¿Se pueden entregar buenas cuentas cuando un político que tiene arrastre en un sector de la población recorre el país de manera permanente en la tarea de boicotear todo lo que el Ejecutivo federal haga o planee?

Es injusto, y es erróneo, cargarle toda la culpa a Felipe Calderón.

Las cifras que arroja ese coctel de irresponsabilidades compartidas son de miedo.

El CIDAC entregó ayer su más reciente investigación sobre el tema de la impunidad y estos son los datos principales:

El 98.76 por ciento de los delitos quedan impunes.

Sólo 1.71 por ciento de los presuntos responsables son detenidos.

Únicamente 1.24 por ciento de los actos ilícitos son condenados.

¿Cómo va a ser de otra manera, si el negocio está precisamente en no ejecutar las órdenes de aprehensión?

Poco a poco, o mucho a mucho, la delincuencia organizada se ha hermanado con las policías y los ministerios públicos, cuyos agentes son los policías judiciales que todos conocemos.

Ahí está el quid de la impunidad.

Esa es la tragedia que hay que frenar.

Con cifras actualizadas al 18 de agosto, en el país se han registrado tres mil 271 ejecuciones.

Dos mil 807 particulares han sido ejecutados.

También 390 servidores públicos, 69 menores de edad y cinco periodistas y locutores han muerto así, por ejecución del crimen organizado.

¿Quién responde por ello y por ellos?

Si el Estado no responde por ello y por ellos, entonces el Estado no tiene razón de ser.

¿Tiene caso seguir pagando impuestos para que el crimen prosiga así de rampante?

¿Tiene caso pagar tenencia vehicular para que las autoridades locales preliberen a secuestradores, permitan que los reclusorios sean centros de delito, las policías delincan y sus integrantes sean ascendidos y los gobernantes se laven las manos?

Por eso es importante la reunión de hoy.

Sin soluciones en el corto y el mediano plazos, el Estado no sólo será rebasado por la delincuencia, sino también por los ciudadanos que no están dispuestos a dejarse.

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