Indignación en Jalisco, ante el asesinato del pequeño Leonardo

La sociedad jalisciense va de la solidaridad a la indignación, después de enterarse que el padrastro de Leonardo Daniel Casparius Mendoza, fue quien asesinó al menor, quien apenas cumplía un año siete meses de vida, tan sólo por que éste no paraba de llorar.

Desde el lunes, Roberto Jonathan Quirarte León, de 24 años, padrastro del pequeño Leonardo había denunciado que el infante le fue arrebatado, a punta de pistola, de sus manos, cuando lo llevaba a la guardería, Incluso dio santo y seña del sujeto “encapuchado”, a bordo de una camioneta Voyager, color tinto, el cual había huido junto con una mujer con el niño secuestrado en su poder.

Las cosas, como ya se lo contamos anteriormente, fueron cambiando de sentido. Este sujeto comenzó a caer en contradicciones, Confundió calles, cruces de las mismas; ya no supo, al final de cuentas, dónde realmente le “habían robado al niño” y entonces se sospechó de él. Terminó por revelar el sitio donde yacía el cuerpo del menor y donde finalmente fue encontrado el cuerpo ya sin vida.

Roberto Jonathan provocó coraje entre la sociedad. La madre de niño no podía creerlo, aunque tampoco se ha descartado que pueda tener vinculación con el maltrato de que era objeto el menor, al no denunciar lo que sucedía desde hace ya varios meses.

Aquí es cuando comienza a escribirse la nueva historia de este caso. Las contradicciones ahora son entre el Procurador de Justicia del estado, Tomás Coronado Olmos y el director del Semefo, Mario Rivas Souza, ya que mientras uno asegura que la madre no tiene nada que ver con el caso, porque “no hay evidencias de maltrato del infante”, el segundo sostiene que se está frente aun caso de “síndrome del niño maltratado”, además de que se encontraron –después de la autopsia- evidentes muestras de que el niño fue ahorcado: “le oprimieron el pescuezo” dijo a las cámaras el decano de los médicos forenses en Jalisco.

Además, Televisa –como siempre alarmista- habla de que el niño fue “abusado sexualmente”, aún cuando el Procurador estatal sostiene que se investiga si esto fue de esa manera, porque puede haber evidencia de ello, pero sin confirmarlo.

El mismo director del Semefo, nunca refiere que en la necropsia se haya encontrado evidencia alguna de violación al menor, por lo que esto, en voz de Rivas Souza queda descartado.

TV Azteca fue más cauteloso en ese sentido. “Se investiga si hubo abuso sexual, porque a decir del Procurador es lo que detonó el llanto imparable del menor, que llevó al padrastro a ahorcar al niño Leonardo, sin que se haya precisado si se consumó el hecho”.

Roberto Jonathan ahora está en espera de que el Ministerio Público le defina su situación jurídica que lo podría poner tras las rejas por lo menos durante los siguientes 20 años, aunque pedirán se le aplique la máxima pena que es de 40 años. De igual forma, la misma representación social tendrá que determinar si la madre no cayó en el delito de omisión de denuncia, aún a sabiendas de que el niño sufría de golpes constantes de parte del padrastro, lo que también podría provocarle su encarcelamiento.

La indignación es unánime en la sociedad jalisciense y, a través de las redes sociales, comentarios en diversos medios, demandan el mayor castigo para este sujeto, que no se tocó el corazón, primero para matar a un inocente menor a las dos años, después para “tirarlo” en un arroyo y dejarlo a su suerte, además fingir un supuesto secuestro, que nunca se cumplió.