La espera terminó. La votación de cerró y finalmente este sábado se dio a conocer lo que muchos mexicanos ya dábamos como un hecho, la pirámide de Kukulcán o El Castillo en Chichen Itzá quedó como una de las siete maravillas del mundo.
Pero esto qué significa para el mundo de la arqueologÃa o el arte, si como dicen los artesanos o artesanas de la zona, los Mayas merecen respeto y esa votación sólo beneficia a un pequeño grupo de empresarios y, por supuesto al Bernard Weber, quien creó la fundación New Open World Foundation.
Miles de personas se dieron cita en el entorno de esta gran creación de los mayas, que data del año 600 D.C. para festejar lo que consideran un gran triunfo de los mexicanos, sin darse cuenta que nadie conoce bien a bien cual es el verdadero fin de la fundación de Weber.
Y es que nadie en México, por lo menos las dependencias gubernamentales que debieran conocerlo, saben a qué intereses responde o que propósitos conlleva esa organización y hasta donde se sabe ha sido un concurso con fines meramente publicitarios, que eso sÃ, aseguran quienes saben del asunto, puede acarrear serios conflictos a para esta zona arqueológica del sureste del paÃs.
Ya las discriminaciones comenzaron para quienes son o deben ser los verdaderos guardadores de esta zona, los habitantes del lugar, que sà quizá den un mal aspecto al montar sus puestos de comida en el entorno, pero quienes al fin y al cabo conocen -muchos de ellos- más de esta maravilla que la mayor parte de quienes ahora se posan en el lugar para tomarse la foto, como si el lugar no hubiera existido antes.
No en balde la campaña en México fue respaldada por grandes cadenas comerciales, muchas de ellas trasnacionales, como Femsa, concesionaria de Coca-Cola; Televisa; Telmex; Prodigy, Second Life, que nos bombardearon prácticamente con sus anuncios y llamados a votar a través de Internet.
Muchos festejan la designación por parte de un organismo de dudosa reputación, mientras en cÃrculos de arquéologos, instituciones públicas, organismos civiles y artesanos de la localidad priva la inconformidad, el desconcierto y la indignación, porque ahora, más que nunca habrá que cuidar la zona arqueológica, ya que la gente que se siente feliz por contar con una de las siete maravillas del mundo de lo menos que conoce es de los cuidados que deben observar para poder conservarla como hasta ahora.
Los Mayas deben de estarse dado de golpes contra las paredes de sus tumbas, al ver lo que sucede con una de las pirámides más admiradas en el mundo.
Lo realmente valorable, es su magnitud, su valor arqueológico, pero nunca, nunca se trata de una carrera de obstáculos de competencia entre obras de arte.
Cuidemos lo que tenemos.
La lucha continúa no?
saludos
(gran escrito, totalmente de acuerdo)
realmente me has abierto los ojos ante este problema, yo que soy inocente por naturaleza, no pensé en los problemas que podrÃa ocasionar tal mención, espero que te equivoques y siga siendo el paraÃso que encontré cuando lo visité en mi último viaje.
un beso desde mi caja.
pandora.