
Por Óscar Hernández H
Las cifras cambiaron rápidamente: en un primer informe el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, confirmó a una radiodifusora que se trataba de 14 muertos y 70 heridos; minutos después un comunicado de Presidencia de la República daba a conocer la misma cifra de personas fallecidas, pero el número de heridos ya sumaban 80. La nota corrió como pólvora por entre todos los medios de información, locales y extranjeros. Pero no pasaba una hora más y ya sumaban 15 personas sin vida sacadas de los escombros; ya por la noche el mismo funcionario confirmaba: 25 muertos, 17 mujeres y 8 hombres; 101 heridos, 46 de los cuales permanecían en hospitales de Pemex, Cruz Roja y Los Ángeles del Pedregal, el resto ya había sido dados de alta.
Eran las 15.50 horas; el personal de Petróleos Mexicanos (Pemex) se aprestaba a dar por terminadas su labores; muchos ya hacía filas frente a los relojes checadores en la parte baja del Edificio B2 del complejo administrativo de la paraestatal, cuando se escuchó un fuerte estruendo; saltaron vidrios, plafones, cristales, material de todo tipo; algunos de los trabajadores cayeron si vida bajo los escombros; otros más corrieron con más suerte y sólo sufrieron lesiones leves, unos más graves; unos más alcanzaron a salir ilesos del edificio.
El desalojo fue inminente del complejo que alberga diariamente alrededor de 10 mil personas. Las autoridades de Pemex trataron de minimizar las cosas y simplemente comunicaron a través de la cuenta de twitter que se trataba de una falla eléctrica y por precaución desalojaron al personal. pero la llega de decenas de ambulancias apenas 6 minutos después de sucedida la explosión dijo otra cosa. Comenzó la llegada de las autoridades capitalinas, encabezadas por el jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera; minutos después el Secretario de Gobernación, el de Marina, el de la Defensa Nacional, el Comisionado de Seguridad federal, el secretario de Energía; el director de Pemex, terminaba una gira por Europa, no se encontraba en las instalaciones.
Se trataba entonces ya de una asunto de seguridad, las fuerzas federales tomaron el control de la situación; desplazaron a las corporaciones del Distrito Federal. Comenzó la toma de las instalaciones por parte de elementos del Ejército, de Marina, de la Policía Federal, misma corporación que tiene su nuevo edificio administrativo a sólo unos metros de las oficinas de Pemex.
Nada se dijo de los vecinos de la colonia contigua; tampoco de la escuela primaria que está a espaldas del Complejo Petrolero y que marca su hora de salida precisamente 10 minutos después de la explosión. No sabemos si ellos fueron evacuados o no.
Las labores comenzaron, Protección Civil, el grupo de Topos, los equipos de rescate de Pemex comenzaron a espulgar entre los escombros; se fueron sacando más personas con vida; desgraciadamente también algunas sin vida. El ulular de las ambulancias comenzó; salían en fila con rumbos a los diversos hospitales, al central de Pemex en Azcapotzalco, al de Picacho, al de Los Ángeles en el sur, a un costado del periférico. Los familiares, los compañeros de trabajo comenzaron a tratan de indagar dónde estaban internados los heridos y querían nombre de los fallecidos. Poco a poco comenzó a fluir la información, pero hubo problemas.
Localtel detenía información, porque, según decían esperaban autorización de Gobernación. Presidencia emitió un segundo comunicado con una pequeña lista de nombres; no estaba completa.
Al filo de las 19.00 horas, el presidente Enrique Peña llegó a las instalaciones de Pemex; comenzó una reunión de evaluación dos horas saldría con rumbo al hospital de Pemex en Azcapotzalco; ya no acudió a Picacho, \”por respeto a los pacientes y por la hora\”, pospuso ssu visita para mañana. las fotos tendrían que esperar.
Mientras tanto la labores de rescate continuaban de entre los escombros. Se anunció que a las 22.00 horas habría conferencia de prensa con el Secretario de Gobernación; luego que no, que sería a las 22.15 horas; pero como a las 22.20 horas salieron despavoridos varios federales y personal que laboraba al interior de las instalaciones, el grito fue: hay una bomba; los reporteros que esperaban la conferencia fueron replegados por las fuerzas del orden. Finalmente la entrevista se dio al filo de las 23.00 hrs.
El secretario de Gobernación salió a dar la cara, informó de las labores realizadas; pidió no especular sobre las causas del siniestro; dijo que se llamarán a peritos del extranjero para realizar las investigaciones y llegó a las cifras: 25 muertos, 18 mujeres 7 hombres; 101 heridos, 46 permanecen en los hospitales, el resto fue dado de alta. Estaba rodeado por todo el gabinete de Seguridad, Defensa, Marina, Seguridad, PGR; además el secretario de Energía y algunos otros colaboradores. El director de Pemex aún no aterrizaba de su viaje.
Pero no faltó la pregunta: ¿nos puede informar a qué se debió lo que se dijo podría haber sido una bomba? Y Osorio Chong dijo que fue un estruendo provocado por la caída de una estructura que ya estaba vencida por la explosión inicial y al desplomarse hizo mucho ruido lo que provocó alarma entre el personal que se encontraba al interior; sin consecuencias.
Dicen los críticos que la muestra de todo el Gabinete de Seguridad en la conferencia de prensa es signo de que en realidad se trata de un asunto de Seguridad Nacional; reforzaron sus creencias sobre un posible atentado terrorista –lo cual, insistió Osorio Chong no hacer caso hasta no tener resultados de las investigaciones– y más aún, dijeron esas voces a través de las cuentas de Twitter que en los ojos del funcionario se veía miedo, aunque no dijeron a qué.
Deja un comentario