“Mamá, mamá, no es justo”

La verdad que es un acto de juticia.

Entre lloriqueos, lamentaciones y al grito de “¡Mamá, mamá… no es justo!” Paris Hilton regresó prisión a cumplir con la condena que le fue impuesta por conducir en estado de ebriedad, sin permiso y violando las leyes de tránsito.

No lloró, ni gritó, ni imploró, cuando andaba en la jarra total; cuando le hacía compañía a su querida amiga Britney Speras y las dos andaban enseñando todo lo que normalmente se cubren las mujeres y se ensañaban dándole vuelo a la imaginación en medio de copas y muchas veces hasta de drogas.

Qué bueno que el juez Michael T. Sauer confirmó que Hilton tenía que regresar a la prisión de mujeres Century Regional Detention Center para seguir cumpliendo su condena de 45 días, 24 horas después de que el sheriff le otorgara prisión domiciliaria por ‘causas médicas’ no especificadas.

Ahora, que llore todo lo que quiera en prisión y que eso le sirva de escarmiento a ella y al resto de las queridas famosas, que creen que su glamour las va a hacer impunes antye la ley.

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