Creerlos o no, como dice la columna de El Universal, “Bajo Reserva”, son rumores que, según ellos, corren por todo el país, pero coinciden de alguna manera con lo que Leo Zuckermann, publica en su columna de este lunes en el periódico Excélsior, en el que, sustentado en artículos publicados en el extranjero, habla de que “México se estaría convirtiendo en un narco-Estado controlado por el Ejército”.
El Universal establece que “En Baja California, este fin de semana se dijo que ya está detenido Teodoro García Simental, El Tres Letras o El Teo; se habló de un fuerte operativo militar cerca de Rosarito. Oficialmente no se sabe que El Teo esté detenido; extraoficialmente se dice, allá, que ya se sumó al cartel de Ismael El Mayo Zambada y de Joaquín El Chapo Guzmán.
“En Morelos, ayer se dijo que los efectivos de la Marina (¿Marina?, sí, de la Marina) que entraron a un rancho —mataron a tres y detuvieron a otros 11 (además de 20 prostitutas, Los Cadetes de Linares y Ramón Ayala)— iban en realidad por Arturo Beltrán Leyva, El Barbas, y no por Édgar Valdez, La Barbie.
En Durango, Sinaloa, Chihuahua y Sonora se han intensificado los combates; ayer atacaron con granadas edificios del gobierno duranguense y en Culiacán se dice que el cártel de Juárez ha iniciado una “retoma” de posiciones con ayuda de Los Zetas y del cártel de los Beltrán Leyva.
En Michoacán, La Familia volvió a la ofensiva. Se dice que no es que hubieran cercado a Servando Gómez Martínez, La Tuta; que ya volvió a sacar la cabeza y anda activo.
En Ciudad Juárez, Chihuahua, hay un rumor en las oficinas de gobierno: que la Federación anunciará un cambio en la estrategia. Rumores en todo el país, que parecen partes de guerra”.
Hasta aquí lo dicho en “Bajo Reserva”.
Leo Zuckermann, por su parte, sostienen que las críticas de la guerra en contra del crimen organizado cada día se multiplican más.
“Ahí está, por ejemplo, el libro de Jorge Castañeda y Rubén Aguilar, El narco: la guerra fallida. Ahí están los reportes de organizaciones de derechos humanos, como Human Rights Watch o Amnistía Internacional, que denuncian torturas y desapariciones forzadas cometidas por el Ejército Mexicano. Ahí está la carta que envió el ex líder nacional del PAN, Manuel Espino, al Presidente, invitándolo a cambiar “esta estrategia fallida, que no implique apostar más vidas humanas”. Ahí están las opiniones de columnistas que hablan de la guerra como un ejercicio intencional de “limpieza social por parte del Estado”. Ahí están las encuestas que demuestran que el apoyo popular a la guerra va menguando, sobre todo en las ciudades que más la han sufrido.
“Y ahí están los artículos en la prensa extranjera que pintan un panorama desolador. Como el de Philip Caputo, “Frontera de Locura”, aparecido este mes en The Atlantic, una de las revistas más prestigiadas de EU. Dice el autor que la actual lucha es “la peor carnicería que México ha sufrido desde su Revolución en el siglo pasado”. Más de 14 mil muertos en lo que va del sexenio.
“En el centro de la guerra está el Ejército. Caputo afirma que los soldados mexicanos se encuentran “en una expedición de secuestro y asesinato” en Ciudad Juárez. Menciona diversos abusos a los derechos humanos. De acuerdo al autor, la percepción en Juárez es que el Ejército está atacando al cártel de casa para fortalecer al de Sinaloa.
“Philip Caputo cita a Gustavo de la Rosa, ex delegado de la CNDH en Chihuahua, quien asevera que la guerra la comenzó el Presidente para ganar la legitimidad que no consiguió en las urnas, una idea cada vez más extendida dentro y fuera de México. Dice De la Rosa: “Calderón quiere enseñarle al Congreso que los militares están con él. Y los militares le prometieron apoyo a Calderón a cambio de permitirles salir de sus cuarteles porque el Ejército quiere gobernar.
“Chihuahua es un experimento. Lo que está pasando aquí es, en esencia, un golpe militar, un golpe regional”. Caputo se muestra escéptico con la afirmación y le pregunta a De la Rosa por qué quisieran los militares hacer esto. “Nadie sabe o entiende qué es lo que quieren los militares”, contesta el ex defensor de los derechos humanos, pero luego sugiere que los militares, lejos de combatir a los cárteles de la droga, quieren controlarlos. En otras palabras: México se estaría convirtiendo en un narco-Estado controlado por el Ejército”.
Ya hasta aquí parte de los dicho por el articulista de Excélsior.
La verdad es que la “guerra” en las calles evidencia que cada día es más sangrienta, que se generaliza en todo el país y mientras sectores diversos de la sociedad –hasta la Iglesia le entró- demandan el retiro del Ejército de las acciones de seguridad, los cárteles del crimen organizado intensifican su accionar y mientras son rumores o no, los grandes capos siguen con la ejecución de elementos policiacos y civiles que nada tienen que ver con ello, en esas “confrontaciones” y “reacción desesperado” –eso dice el gobierno- se llevan entre las balas a mucha gente inocente.
Algo tendrá que hacer el gobierno de Felipe Calderón, y bien podría comenzar por restarle poder a su secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, dejar de protegerlo y poner verdaderos funcionarios comprometidos con las sociedad y no que vean en ella una oportunidad para seguir incrementando sus bolsillos y aumentando un poder que, a la larga, hará que todos nos cuidemos con nuestras propias armas.
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