México en penumbras

Vida nacional

Pablo Hiriart

 

La cifra conocida de ejecutados, del primero de enero al primero de agosto, es de tres mil 140 personas. Esto nos habla de que cada día hay 14.02 personas que mueren asesinadas por las mafias. Cada semana hay 100 ejecuciones. Ningún país aguanta eso.

La pregunta es, ¿quién manda?

Por lo menos, nadie responde. Se dice que son ajustes de cuentas entre bandas delictivas y con eso las autoridades parecen darnos a entender que no importa.

¿Quién averigua esos crímenes?

¿Quién busca a los responsables de esos “ajustes de cuentas”?

¿De veras no importa?

El fin de semana se conoció la noticia de un comando armado que asesinó a 13 personas en Creel, Chihuahua.

Los sicarios buscaban a un par de tipos para matarlos y como no los encontraron asesinaron a esos 13 ciudadanos, entre quienes había siete estudiantes.

Iba a celebrarse una fiesta de los escolares y de pronto todos fueron asesinados por un grupo de criminales.

El profesor de los jóvenes también fue ultimado y murió con su hijo Édgar Arnoldo, de un año de edad, fuertemente apretado entre sus brazos y al que también le dieron el tiro de gracia.

Unos días antes, en Ciudad Juárez, otra pandilla de asesinos irrumpió en un centro de rehabilitación de jóvenes adictos y mató a media docena de ellos.

Aquí en el Distrito Federal hay casos de personas que han sido paradas en un retén de falsos policías, en Bosques de las Lomas. Han tenido que pagar 20 mil pesos.

A los pocos días, en el mismo lugar, siguen las intercepciones.

Eso sucede en la capital de la República.

¿Puede un retén de falsos policías instalarse para operar en sectores transitados de la ciudad sin que la autoridad esté enterada?

El ombudsman nacional, José Luis Soberanes, escribió el 11 de ese mes que “retenes y puntos urbanos de revisión policiaca clandestinos, en ésta o en cualquier otra ciudad, operando durante meses y a la luz del día para extorsionar a automovilistas, sólo pueden existir mediante una compleja red de descuidos, permisividades y tolerancias que exhiben incompetencia o, algo peor, complicidad”.

¿Quiénes han sido detenidos por esas acciones?

Estamos en tinieblas.

Los secuestradores del niño Martí fueron 12. Dicen que hay tres detenidos. ¿Dónde están los otros nueve?

En el país hay una impunidad de 96, 97 o 98%, según los informes oficiales. ¿Por qué? Porque la impunidad es un negocio para las policías.

Los policías judiciales, estatales o federales no ganan por detener a un delincuente, sino por dejarlo ir.

El negocio está en no ejecutar una orden de aprehensión. ¿Podemos seguir así?

Tenemos cientos de cuerpos policiacos que hacen imposible una coordinación efectiva o una supervisión estricta.

¿Por qué continuan existiendo?

Siguen funcionando porque constituyen un gran negocio, económico y político.

Con esas policías se les cobra a los delincuentes pequeños.

Con esas policías se les cobra a los giros negros, a los contrabandistas, a los fabricantes de piratería, a los narcomenudistas, a los taxis pirata, a las bodegas clandestinas…

En el aeropuerto capitalino, ¿quién manda? ¿La AFI? ¿La PFP? ¿Migración? ¿Aduanas? ¿La Policía Fitosanitaria?

Sí, hasta los agentes fitosanitarios del aeropuerto meten su mano en el negocio de extorsionar al ciudadano.

¿Decomisan chocolates, caramelos, mermeladas, jamón..?

¿Dónde va todo eso?

Dicen que esos productos se van a incinerar. ¿Incinerar chocolates? ¿Dónde? Puro robo.

Hace unas semanas vimos una cadena de crímenes en contra de altos mandos de la Policía Federal Preventiva.

¿Quiénes los están matando? ¿Por qué? ¿Por qué no llegan a los asesinos?

En el Distrito Federal, el comandante en jefe que secuestró al niño Martí había sido ascendido y luego enviado como jefe de un grupo especial al codiciado aeropuerto, no obstante que ya sabían que era miembro de La Banda de la Flor.

¿Por qué? ¿Qué está pasando?

Desde las cárceles opera la industria de la extorsión telefónica. ¿Por qué?

¿Cuál es la razón por la que las autoridades capitalinas dieron su preliberación anticipada a decenas de secuestradores?

¿Por qué las autoridades permiten que en las cárceles se extorsione a los parientes de los reos por visitarlos, traerles comida, porque no les peguen, porque puedan dormir..?

El país esta a oscuras.

Ojalá que de la reunión de mañana salgan medidas concretas para recuperar México.

En los meses venideros sabremos si se actuó correctamente o no ante la última llamada. Porque es la última.

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