La historia de la muerte de Ignacio “Nacho” Coronel Villarreal no comienza este jueves, inicia realmente la noche del 14 de mayo de los corrientes, cuando en un operativo similar al de ayer, llevado a cabo por las la Armada de México en el municipio de Yahualica y en el mismo fraccionamiento de Colinas de San Javier, en Zapopan, fueron detenido varios hombres, entre los que se conoce estaba el mismo capo de las drogas, operativo del que nunca se informó nada oficialmente, pero del que el secretario general de gobierno de Jalisco Fernando Guzmán Pérez Peláez, se encargó de dar cuenta. Fue un día en que también desapareció del contexto nacional el ex senador y ex candidato a la presidencia de la República, Diego Fernández de Cevallos, de quien tras 75 días, no se sabe nada, pero de quien seguramente tendremos noticias muy pronto, ante los acontecimientos recientes.
Todo se ha manejado en el contexto de las especulaciones, que en mucho no lo son, porque el mismo gobierno con sus estrategias distractoras de retirarse del caso, las propició, bajo el argumento de que la familia así lo solicitó para poder negociar con los secuestradores, palabra que nunca aceptó y que siempre ha llamado como desaparición.
En Alerta Periodística siempre hemos sostenido que “Nacho” Coronel tenía dos formas de aparecer, una muerto, en un operativo más o fastasmalmente –si se vale la expresión- sin que se conociera de su paradero. En las horas siguientes lo hará de la misma forma el “Jefe” Diego, porque ese era seguramente el acuerdo al que se trataba de llegar. Las cosas ahora se pusieron “color de hormiga”, porque sólo la “reaparición de Diego dará la respuesta y acallará toda esta ola de rumores, si es que lo son o dará la razón a quienes, como Alerta Periodística seguimos en la posición de que se trataba de una operación negociada.
Ignacio Coronel Villarreal estaba ubicado. Si como dicen los militares la operación hubiera sido “precisa” no hubiera habido muertes innecesarias -y eso lo digo por el militar de alto rango muerto en la acción- no hubiera sido necesario un sólo disparo y mucho menos la necesidad de poner en riesgo a una población vecinal de la más alta clase económica de la Zona Metropolitana de Guadalajara.
Se dice que el temido miembro del cártel del Sinaloa, socio del Chapo Guzmán y del Mayo Zambada, opuso resistencia y por ello le metieron la cantidad de balas que le metieron en el cuerpo, dicen que 16 tiros por lo menos, que se manejaba con un perfil bajo y que sólo se encontraba en compañía de su jefe de seguridad. ¿Cómo entonces mata a un mando castrense en una intervención que llevó cuatro horas, con más de 150 efectivos en acción?
El operativo inició al rededor de las 14.00 horas. El fraccionamiento del que hablamos, en un lugar prácticamente cerrados para quienes ahí habitan, exclusivo; se conoce de la existencia de varios narcotraficantes en esa zona y por ello lo boyante de l mismo. Mucho lujo, carros de los más caros, blindados incluso circulan por sus calles y el nivel de vida es muy alto, aunque su gente no muestre ese nivel de vida, porque muchos tienen recursos de procedencia ilícita; pero las autoridades no hacen gran cosa, como tampoco lo hacen en otros fraccionamiento del tipo.
Ya pasadas las 16 horas todo había terminado. El también apodado Don Nacho, El rey del hielo, El rey del crystal o El cachas de diamante, había caído abatido por las balas de la milicia –eso dicen- no sin antes llevarse por delante a uno de los comandantes de la operación, que a ciencia cierta no he logrado conocer de quien se trata, porque cuando de reservarse identidades, el Ejército es especial para ello.
Dicen que quienes estuvieron presentes en el informe militar, que el jefe del narcotráfico “se enfrentó a los militares con un arma de fuego, con la cual causó la muerte a un soldado e hirió a otro integrantes de la Sedena”; vaya enjundia del capo, quien justifica de esa forma su peligrosidad, pero como dice la DEA, su muerte aunque no deseada –porque a ningún ser humano se le desea la muerte- era necesaria; claro de esa forma nunca sabremos la verdad sobre su detención y posible negociación desde el 14 de mayo pasados
A risa llama cuando leo y escucho que la Defensa Nacional califica la operación de “precisión” luego de un “intenso trabajo de inteligencia militar”. Insisto, si así hubiera sido no hubiera implicado tanto disparo ni la muerte de ninguna persona, llámese delincuente o militar.
Más irrisorio resulta cuando uno escucha al Procurador de Justicia del estado, Tomás Coronado Olmos, que cual ratón asustado de caricatura se apresura a decir: “Nosotros no sabemos nada, todo fue de las fuerzas federales; nosotros no intervenimos”. Pues evidente es que no intervinieron ni ahora ni en antes, porque el trabajo debería haberse hecho desde antes, si se conoce de la existencia de decenas de delincuentes en ese mismo fraccionamiento de Colinas de San Javier, como en Santa Anita, como en Bugambilias, como en Puerta de Hierro, como en varios fraccionamientos más de lato nivel. las autoridades locales brillas por su ausencia, aunque la violencia les evidencia los lugares don de habitan
Durante la operación militar de ayer, el jefe de seguridad, de “Nacho” Coronel, dicen los militares, fue capturado; Irán Francisco Quiñones Gastélum, el único escolta que lo acompañaba, está en manos de la milicia y seguramente ya en la Ciudad de México, en la SIEDO. O sea, ¿entiendo que dejó morir sólo a su jefe, de tan “bajo perfil” que mantenía el capo?
Coronel Villareal, de 56 años y originario de Durango, lideraba, junto con Joaquín Guzmán Loera, El Chapo Guzmán, e Ismael Zambada, El Mayo Zambada, el cártel de Sinaloa, organización que según el Ejército verá seriamente afectadas sus tareas en el occidente del país, y que seguramente propiciará un incremento de la violencia en entidades circunvecinas a Jalisco, como son Colima y Nayarit, que ya de por sí han registrado en los últimos meses acciones de violencia que han mermado la paz que se vivía en esa entidades del país.
Es sabido que el gobierno de Estados Unidos a través del FBI y, la DEA y otras instancias oficiales ofrecían 5 millones de dólares por información que llevara a la captura de Nacho Coronel, hombre que consideraba como uno de los más peligrosos jefes del narcotráfico en México.
Incluso, el gobierno de Estados Unidos lo reclamaba en extradición y se encontraba vigente una orden de detención provisional con el fin de entregarlo a las autoridades judiciales estadounidenses por los delitos de narcotráfico, delincuencia organizada y otros cargos más.
Algunos informes de inteligencia de Estados Unidos sostienen que Coronel consolidó a partir de 2002 las importaciones de precursores químicos del extranjero y para 2003 autoridades estadounidenses detectaron el traslado de unos “super laboratorios” desde Texas, Oklahoma y Kansas hacia Michoacán y Jalisco, para incrementar la producción y tener el control de ventas y precios de las drogas sintéticas.
También logró mantener estable el desarrollo de las redes de distribución en Estados Unidos lo que lo convirtió en el principal proveedor de este tipo de drogas sintéticas y la propia Agencia Central de Inteligencia lo ubicó desde 2008 como uno de los capos más poderosos del país.
Según las autoridades estadounidenses trasladó en 2003 su base de operaciones de Guadalajara a Morelia y desde ahí Ignacio Coronel Villarreal consolidó una importante estructura al servicio del cártel de Sinaloa.
A Nacho Coronel se le atribuye el haber alcanzado uno de los más productivos acuerdos del cártel de la Federación, conducido por Amado Carrillo, para traficar con drogas sintéticas.
Se asegura que logró incorporar el negocio del cártel de Los Valencia de Michocacán (Cártel del Milenio) a la estructura de la Federación. Los Valencia fueron básicamente productores y exportadores de metanfetamina.
La Federación fue fundada por Amado Carrillo Fuentes en 1993 a partir de la muerte de Rafael Aguilar Guajardo. Estaba integrada por la mayoría de los grupos del narcotráfico de todo el país, con excepción del cártel del Golfo. Sin embargo, Carrillo Fuentes mantuvo una política de no agresión que le permitió mantener en bajo perfil sus operaciones criminales.
A finales de los 90, y antes de la muerte de Amado Carrillo, el cártel de Los Valencia fue prácticamente desmantelado en operaciones dirigidas desde EU. Coronel, según los reportes habría heredado este negocio en acuerdos amistosos con lo que después sería La Familia Michoacana.
En la actualidad las autoridades federales han vinculado al cártel de Sinaloa con La Familia Michoacana. Entre ambas organizaciones han confrontado al cártel de Los Zetas en el occidente y una parte del centro del país.
Según la inteligencia estadounidense, Coronel logró comprar a diversas autoridades civiles y militares y mantuvo importantes nexos con organizaciones de Colombia.
Todo el día de este viernes, la zona Centro de Guadalajara ha sido copada por fuerzas federales, principalmente en la calle de Belem, donde se encuentran las instalaciones del Servicio Médico Forense (SEMEFO), a donde fueron trasladados los restos de “Nacho” Coronel, según se dijo, porque en realidad el cuerpo no ha sido visto por nadie.
(Con información de El Universal)
ya me sospechaba algo a si…