Por Óscar Hernández
Un panorama realmente preocupante planteó el Secretario de Seguridad Pública, Eduardo Medina Mora, quien dijo no confiar en las estadísticas del índice de delincuencia en el país, sino en la percepción ciudadana, la cual muestra que la violencia, la inseguridad, el narcotráfico y la corrupción en los cuerpos policíacos no sólo prevalecen sino que evidencian una tendencia a la alza.
Ante senadores de la comisiones de Seguridad y Justicia, Medina Mora señaló que existe un enorme problema de debilidad institucional, un inadecuado diseño de las políticas de seguridad, una tremenda fragmentación de las instituciones públicas, una gran falta de coordinación entre los cuerpos policíacos y una carencia de articulación entre los componentes del sistema de seguridad.
El Secretario de Seguridad Pública federal exhortó a los legisladores del Congreso de la Unión a revisar las observaciones que el Ejecutivo hizo a la Ley General de Salud, al Código Penal Federal y al Código de Procedimientos Penales en materia de narcomenudeo, para realmente construir una competencia concurrente entre la Federación y los estados de la República.
Atribuyó a un ajuste del mercado la creciente ola de ejecuciones entre bandas del crimen organizado, ejecuciones con un nivel de violencia muy significativa, derivado de la baja de consumo de drogas en Estados Unidos y del incremento en nuestro país, principalmente entre los jóvenes de edades entre 12 y 29 años y a la detenciones de los grandes capos del narcotráfico.
En ese sentido, Medina Mora rechazó que México siga siendo un país de trasiego de drogas, para convertirse en uno de consumo; acusó a taxistas y policías preventivos de ser los principales distribuidores de drogas a nivel de medio mayoreo y menudeo.
El funcionario del gobierno federal dijo que se debe trabajar para construir una policía que sustente su acción en procedimientos sistématicos de operación y en el riguroso uso de recursos y deje de ser, como hasta ahora, una polícia de ocurrencia o de iluminación de quien la dirige o la conduce.
Habló de la necesidad de impulsar reformas que den a las policías preventivas facultades de investigación, y propicien una eventual unificación entre las policías preventivas y ministeriales, que eviten, como hasta ahora, los vacíos de información, desfases, ineficacia y corrupción.
Negro panorama es el planteado por el responsable de la Seguridad en el país, que reitera una y otra vez que la Policía Federal Preventiva no estará en Oaxaca ni un minuto más de lo necesario, lo cual no deja de causar risas entre todos quienes lo escuchan.
Durante la reunión, celebrada en la Torre del Caballito, sede alterna del Senado de la República, los senadores en voz de Francisco Labastida Ochoa y Ulises Ramírez Núñez, entre otros, manifestaron que no se trata de confrontar la política del gobierno en funciones, sino de dialogar para tratar de encontrar los mecanismos adecuados que lleven a soluciones efectivas y propicien condiciones más adecuadas de convivencia social.