Ofenden con sus ostentaciones Secretarios a los tabasqueños

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Entre estas incomodidades los secretarios de Desarrollo Social y Gobernación
atienden a los damnificados en Tabasco

Como una verdadera burla para los tabasqueños resultan las ostentaciones de que hacen gala los secretarios de Desarrollo Social, Beatriz Zavala Peniche y de Gobernación Francisco Ramírez Acuña, y lo peor es que eso lo pagan con el dinero del propio pueblo mexicano.

Desde el 31 de octubre en que llegaron, por instrucciones de su jefe, el presidente Felipe Calderón, ambos funcionarios federales no sólo duermen, comen y disfrutan como reyes del edén tabasqueño en la zona hotelera que no fue afectada por las inundaciones, sino que realizan sus juntas de trabajo en salones de hoteles de lujo, según revela El Universal en su edición electrónica.

Sólo para que se dé cuenta, el Secretario de Gobernación y su equipo de colaboradores se hospedan en el hotel Camino Real, donde las habitaciones van más allá de los 2 mil pesos por noche y hasta 4 mil si se trata de una mastersuite, de las que seguramente ocupa Ramírez Acuña, dado que cuenta con una pequeña sala para acuerdos privados.

La titular de la Sedesol, sí la secretaría que debe preocuparse por ayudar a la gente en condiciones de pobreza y, en casos como el de Tabasco, de desastre, atender las necesidades más apremiantes de la población, al menos eso les dijo el Presidente de la República, ocupa una de las habitaciones de uno de los hoteles más exclusivos que hay en el país: Quinta Real.

Allí, las habitaciones cuestan de 3 a 4 mil pesos y también tienen una suite presidencial que alcanza la nada despreciable cantidad de 14 mil pesos por noche.

Y lo grave de esto, no es que ocupen y atiendan los asuntos del desastre tabasqueño en hoteles de gran turismo, sino que lo pagan con los viáticos de sus respectivas dependencias, al igual que el costo de las comidas y los salones que alquilan para las reuniones, y estos costos se multiplican por cada uno de los colaboradores que conforman los staffs de trabajo de cada uno de los secretarios.

Adivinó, al final de cuentas, el costo de la estancia de los secretarios en cuestión lo está sufragando el pueblo de México, es decir, usted y yo, que pagamos nuestros impuestos y todavía nos piden que nos solidaricemos y demos apoyos extras en especie y en dinero en efectivo.

Esto, señoras y señores, es una burla a los mexicanos, pero sobre todo a los tabasqueños, que son los que están padeciendo en carne propia la tragedia propiciada \”por los cambios climáticos\” según dicen los propios funcionarios; por las corruptelas y los abusos, como estos, dice el pueblo.

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