El lunes pasado, mientras escuchaba un noticiario matutino local, una de las conductoras decía: “La Paz de este este fin de semana se rompió” y aparecieron los hechos de violencia. Casi suelto a reír, porque todo el fin de semana, el 25, el 26 de diciembre, los días posteriores a la Navidad, los cuerpos sin vida comenzaron a aparecer en distintos puntos de la Zona Metropolitana de Guadalajara e incluso los reportes policiales hablaban de decenas de personas impactadas por arma de fuego; mismas que se encontraban en atención médica en distintos puestos de socorro. nada más alejado del comentario de la conductora televisiva.
En el mismo noticiario daban cuenta de los cuerpos que comenzaban a aparecer en rumbos de San Sebastián, en los límites de Tlaquepaque y Tlajomulco, pero también los que le siguieron en los días posteriores en Tecalitlán o Talpa de Allende o ahora mismo en Zapopan. La sangre ha corrido, como si la delincuencia quisiera marcar el fin del 2010 y el inicio del 2011 con sus balas, sus metrallas y sus crueles prácticas criminales.
Los siguientes son algunos de los últimos casos que hemos visto en estos días y que marcan un rojo fin de año en Jalisco. por supuesto falta agregar los sucedidos la noche de este martes y madrugada de este miércoles uqe tendremos en nota aparte, en esta mismo sitio:
Todo pareciera un juego de colección o de ver quien comete el crimen más mentado o deja una mayor estela de cadáveres tras su actuar, en los últimos días del año
Ayer, por segundo día consecutivo fue hallado el cuerpo de un hombre asesinado a la orilla de la carretera que conduce de San Sebastián el Grande a su cruce con camino a la Hacienda el Molino en Tlajomulco de Zúñiga, a sólo unos metros de donde el día anterior se localizó a otro hombre muerto casi en las mismas circunstancias.
Eran las 06:50 horas, cuando policías municipales recibieron el reporte respectivo. Al acercarse al lugar constataron la presencia de un cadáver, tirado boca arriba, con dos tiros de bala de arma de fuego.
Peritos de la Procuraduría General de Justicia del estado iniciaron las indagatorias correspondientes, al tiempo que llegó un hombre que se identificó como Jorge, y dijo que el fallecido era su hermano el cual respondía al nombre José Luis Jiménez Venegas, de 44 años de edad, el cual, según dijo, desapareció desde el pasado domingo 26 y habría ido a un bar denominado “El Piquetazo”, pero ya no regresó.
El día anterior en el mismo camino que conduce hacia San Sebastián El Grande, se encontró el cadáver de un hombre con diversas lesiones, al parecer producidas por un objeto punzocortante. El cuerpo aparenta entre 40 y 45 años de edad, y en una de las muñecas tenía atado un pedazo de tela, además no contaba con documento alguno por lo que fue remitido a la Morgue metropolitana sin identificar.
En el municipio de Tecalitlán, muy cerca de la presa de Santiago, en las inmediaciones de la vía corta que une al municipio de Tecalitlán con Tuxpan; se encontró flotando un cadáver del sexo masculino, al que se le apreciaron al menos tres impactos de proyectil de arma de fuego, dos en la pierna derecha y uno más en la frente.
De acuerdo con documentos que portaba, se le identificó como Cayetano Ríos Palacios, de 36 años de edad, con domicilio en la población de Tuxpan, lugar donde fue “levantado” horas antes, según indicaron sus familiares.
A escasos metros de donde fue hallado el cuerpo, peritos del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF) encontraron más de una decena de cascajos de bala de los calibres .45, .9 milímetros y 7.62, estos últimos pertenecientes a los fusiles de asalto tipo AK–47, también conocidos como “cuernos de chivo”
Horas más tarde, se reportó el hallazgo de otro cadáver en las cercanías del “Puerto de Gaytán”, a la altura del kilómetro 10 de la carretera Tecalitlán–Jilotlán de los Dolores. A simple viste se observaban en el cuerpo al menos 20 orificios de entrada de proyectil de arma de fuego en el costado derecho y abdomen; el costado izquierdo estaba completamente destrozado, al parecer por las mordeduras de animales que comenzaban a devorarlo en el lugar.
En el sitio, peritos forenses aseguraron 20 cascajos de arma de alto poder, pertenecientes a “cuernos de chivo” y del calibre .9 milímetros.
La víctima tenía atadas las manos con un tramo de alambre recocido y la cabeza cubierta con su propia camiseta, misma que estaba atada con un trozo de tela.
El cadáver fue enviado al Servicio Médico Forense (Semefo) en calidad de desconocido, señalándose que su estatura es de 1.70 metros, traía barba de candado, piel color claro, complexión regular y no llevaba zapatos.
En el municipio de Talpa de Allende, por el camino al rancho La Cuesta, junto a una brecha que conduce al rancho Las Guásimas, fue encontrado otro cuerpo sin vida, con impactos de bala en cabeza y abdomen. Documentos oficiales que portaba, permitieron conocer que el hombre se llamaba Víctor Flores Bravo, quien tenía 60 años de edad.