\”Señores, si piensan que la vara es muy alta e imposible hacerlo, si no pueden renuncien, pero no sigan ocupando oficinas de gobierno y recibiendo un sueldo, porque no hacer nada, también es corrupción. En nuestro país hay jóvenes que requieren el trabajo de ustedes y estarían gustosos, con todo el entusiasmo de gente limpia y no maleada de hacer el trabajo que ustedes no están haciendo\”. Así, con todas sus letras, se los dijo Alejandro Martí.
El padre del joven de 14 años secuestrado y asesinado presuntamente por un grupo de policías pertenecientes a la supuesta \”Banda de la Flor\”, Fernando Martí, con el nudo en la garganta, conteniendo todo el dolor y sacando fuerzas del interior de su ser, fue claro ante el presidente de la República, Felipe Calderón, los 31 gobernadores de la entidad, el jefe de Gobierno del Distrito Federal, los integrantes del gabinete de Seguridad, el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y los representantes del Congreso de la Unión, quienes no tuvieron otra más que aplaudirle largamente.
El señor Martí, con el rostro firme, con una voz seca, producto quizá del nerviosismo que implica la impotencia ante tanta inactividad y discursos huecos; sin un texto escrito, sin preparación previa, y con el respaldo que significa el amor por su hijo asesinado, subrayó que él habla en nombre de quienes han sido víctimas de la delincuencia, o han perdido un hijo y que no tienen la oportunidad de tener un foro como el Consejo para exigir que no queremos acciones temporales y que estaremos vigilantes.
Conteniendo las lágrimas, lanzó la pregunta abierta, al aire, tal vez en espera de una respuesta que nunca llegó:
Siempre pensé ¿Quién habrá matado a mi hijo? ¿Algún engendro? ¿Un hijo de la impunidad? o todos nosotros con nuestra irresponsabilidad o nuestra inactividad.
\”¿Quien es mas culpable? ¿el que deja hacer o el que hace? Señores hoy es una oportunidad, es la primera vez que sucede, pero no lo dejemos ahí, no queremos en la sociedad cosas temporales, estaremos vigilantes para recuperar la confianza en las instituciones, en el Estado y en el país\”.
Alejandro Martí relató la tragedia que ha significado y significa la falta de una verdadera estrategia de seguridad en el país, y el sacrificio que implica vivir en medio de un mundo en que estamos a expensas de la delincuencia organizada por la falta de preparación y capacidad de las corporaciones de policía.
Llamó a todos los sectores de la sociedad a hacer le parte que le corresponde a cada quien y a dejar los cargos públicos a quienes no se sientan con la capacidad de responder a las demandas de seguridad que están obligados a brindar a una población que cada día ve como crecen los índices de inseguridad en el país.
Alejandro Martí con tan sólo unas frases expresó el sentir de una sociedad que está harta de impunidad, de corrupción, de mentiras y de verborrea, de la que baste decir sobró este jueves en Palacio Nacional durante el Consejo Nacional de Seguridad.
Marcelo Ebrard aceptó el reto de Alejandro Martí y dijo que, por lo menos en el Distrito Federal, \”si no podemos o no sabemos, renunciemos\”. Debemos cumplir los compromisos y brindar mayor seguridad a toda la sociedad y trabajaremos todos en los acuerdos incluidos en este documento
Antes, el secretario ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, Roberto Campa Cifrián, dio lectura del acuerdo Nacional por la Seguridad, la Justicia y la Legalidad que establece plazos de entre seis meses y un año para implementar una serie de acciones enmarcadas en 48 puntos, que bien pueden resumirse en las siguientes premisas:
1.- La política de seguridad es del Estado
2.- Coordinación e intercambio de información en los tres poderes y todos los órdenes de gobierno
3.- Cada uno de los poderes y órdenes de gobierno debe hacer lo que le corresponde
4.- El acuerdo debe sumar a los ciudadanos y a sus organizaciones
5.- El éxito del acuerdo requiere de la participación responsable de los medios
6.- Cada compromiso de los firmantes deberá ser del conocimiento de los ciudadanos, con un sistema de rendición de cuentas.
7.- Participación de instancia ciudadana, para que evalúe el cumplimiento de los acuerdos.
8.- Un acuerdo de vigencia de largo alcance.
Campa Cifrián reconoció que la exigencia de la sociedad es justa, por lo que las autoridades deben asumir compromisos para poner fin a la impunidad y la corrupción y para hacer frente a la delincuencia.