Termina un año más; un año nada provechoso para mí, un año en que las circunstancias no me favorecieron: sólo tuve empleo cuatro meses; sin amores concretos, con aventuras fugases y enredos del pasado.
Un año en que las esperanzas laborales estuvieron fincadas en el proceso electoral tan confuso y complicado y que culminó con la llegada al poder de Felipe Calderón Hinojosa, en quien muchos creímos que lograría reivindicar la mala política de su antecesor, pero que el comienzo no deja ver muy buenos augurios que digamos.
Los cuates, aquellos que creímos desterrados de las instancias de gobierno, vuelven a hacer su aparición en todos los puestos de la Administración Pública, la experiencia una vez más queda a un lado, por lo menos en lo que a Comunicación Social compete.
Las directrices marcadas desde la Residencia Oficial de los Pinos no permiten a quienes estamos en el desempleo alguna oportunidad de ocuparnos, sobre todo si no somos amigos de quienes comandan las cosas.
Los chismes, como en el caso de Comunicación Social de de la Secretaría de Seguridad Pública federal, evidencia la falta de experiencia de quienes llegan a esos puestos y su temor a ser derrocados del poder en que fueron impuestos por sus conocidos, sin importar si en el fondo de los comentarios hay algo más que profesionalismo puro.
Las alternativas de trabajo se cierran y yo me pregunto, ¿qué haremos todos aquellos que hemos ocupado puestos de dirección , que hemos dados resultados positivos, que hemos actuado alejados de partidismos o ideologías políticas en nuestro paso por las diferentes dependencias, que hemos entregado gran parte de nuestras vidas al desempeño profesional, siempre buscando el beneficio de las mayorías, que en última instancia es para quienes debemos servir?
El Presidente Felipe Calderón ha dicho que éste será un régimen de empleo y, la verdad, con esos directivos que están llegando a algunas dependencias, lo único que hemos podido constatar es que hay más desempleados y menos oportunidades de poder colocarnos.
Quizá la opción sea, siempre y cuando continúe con esa política, poner un changarro y a ver si en eso el actual gobierno nos puede ayudar a cientos de comunicadores que llevamos más de un año en busca de una oportunidad de trabajo en lo único que sabemos hacer: periodismo y comunicación.
En amores, ni qué decir. Yo no sé si todas las mujeres son iguales o no, pero de algo estoy cierto, todas quieren el Sol, las estrellas y la Luna, pero sin entregar nada. Así, debo confesarlo, ¡está cabrón!.
Dicen algunos que el amor muere; dicen otros que el amor es locura; dicen los más que el amor… debe perdurar para toda la vida. Yo creo que el amor se presenta una sola vez en la vida y queda marcado en el corazón y a quien se ama, es para toda la vida. Yo ya lo traigo marcado.
Tendré que seguir adelante, por que algo característico de este sentimiento es que la correspondencia pocas veces se da. Siempre amamos a quien no debemos y estamos con quien menos debemos estar, pero estamos. Nos acostumbramos a vivir con quien nos encontramos y hacemos nuestra vida lo mejor que podemos.
El año se acaba, Mis hijos cosechan éxitos, triunfos, viven en lo que ellos quieren vivir; la convivencia cada vez es mayor y con mayor entendimiento. Ellos saben hacia donde van y qué quieren. Es buenahora.
Yo seguiré en busca de trabajo y amores, porque la verdad, con todo y lo amargo que pueda ser, sin dinero no se vive; sin mujeres tampoco. Algún día las cosas cobrarán su justo medio y entonces podremos ¡Gracias a Dios!
Comienza 2007, ya veremos…
¡Feliz Año!