El Municipio de San Pedro, en Nuevo León, dio a conocer esta tarde la renuncia del General de Brigada, Gonzalo Miguel Adalid Mier, como titular de la Secretaría de Seguridad Municipal, quien estuvo en ese cargo tan sólo ocho meses, desde octubre de 2009 cuando tomó posesión en medio de unas expectativa de poner orden en un municipio donde cl crimen organizado tiene asentados sus reales.
Sin embargo las cosas parece no resultaron así, ya que al igual que durante su corta estancia en estado de Michoacán como Secretario de Seguridad Pública en el gobierno de Lázaro Cárdenas Batel, –apenas seis meses-, la inseguridad no sólo no terminó, sino que se incrementó.
Quizá lo dicho por el periodista Jorge Alejandro Medellín, en su columna De Orden Superior, escrita en septiembre de 2009, nos ayude a conocer más sobre quién es este personaje de obscura trayectoria.
Gonzalo Miguel Adalid Mier, decía el columnista de Eje Central, llega a la Secretaría de Seguridad Pública del Municipio de San Pedro Garza García, Nuevo León, con un historial controvertido. Es de esos militares de vieja guardia que derivaron la carrera de las armas hacia el ámbito policíaco, en un viraje en el que prácticamente se deben quemar las naves, en el entendido de que jamás se regresará a la SEDENA a honrar sus blasones.
Se trata de una apuesta en la que va todo. El militar que la toma y juega hasta el final, ve cerrado el regreso a los cuarteles–por honor, tradición y prestigio–, claro, a menos que desde muy arriba se proteja su paso por las turbias aguas del ámbito policial.
A cambio puede disfrutar, si es hábil y cauteloso, de las prebendas, ventajas y espacios de todo tipo que abren en México los cargos de muy alto nivel en la seguridad pública.
Ese parece ser el caso del General Adalid Mier, recomendado por perredistas y empresarios del norte de México para hacerse cargo en estos días de la seguridad en SAN PEDRO, lleva bajo el brazo algo más que un naipe de la suerte.
Su carta marcada es en realidad un viejo proyecto de militarización policiaca contenido en dos tomos que Adalid y un grupo de 15 generales (activos y en retiro) elaboraron en 2006 para apuntalar la instauración de estados mayores militares en cuerpos policíacos.
En Michoacán, entidad en la que fue secretario de Seguridad durante el gobierno de Lázaro Cárdenas Batel, el general Adalid dejó, entre otras cosas, una cuenta pendiente al no investigar ni resolver cerca de 300 ejecuciones ligadas el narco.
Duró apenas seis meses en el cargo tras la ola de decapitaciones que sacudieron a la opinión pública del país. Adalid Mier fue también Primer Superintendente de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSPDF) y luego Comisario General de la Policía Federal Preventiva (PFP) durante la administración de Alejandro Gertz Manero.
En ninguno de estos cargos el militar pudo entregar cuentas saludables o transparentes. Estos antecedentes no son relevantes para quienes, a través de diversos personajes de la política y la empresa, esperan su llegada con la esperanza de abatir algo más que la ola delictiva en ese Municipio, sino de detener la ola de extorsiones que los cárteles de la droga mantienen allá como parte de la serie de derechos de pago de piso para no ser objeto de plagios, asesinatos o atentados contra sus negocios.
Los propios datos de inteligencia de la SEDENA indican que en promedio, los empresarios de Monterrey -y en especial los de San Pedro Garza García- deben pagar a los sicarios y operadores de los cárteles de Sinaloa, Juárez y a los Zetas, alrededor de 100 mil dólares mensuales para evitar ser molestados en sus propiedades y en sus personas.
Los principales protectores a la fuerza de un sector de empresarios, son los sicarios de los hermanos Beltrán Leyva, se señala en documentos militares.
Esta situación no ha variado en los últimos meses. El General Gonzalo Adalid Mier, quien maneja también dos empresas de Seguridad Privada con oficinas en la capital del país, convenció a sus contratantes de poder erradicar una buena parte de los males que los aquejan, ya sea con su esquema de municipalización de la seguridad, apoyado en la dinámica de los estados mayores policiales.
Una parte de la propuesta del General tiene que ver con aquel proyecto que le presentó hace dos años al Secretario Guillermo Galván y que éste negó olímpicamente haber recibido o conocido.
El proyecto contemplaba mejores salarios, prestaciones, capacitación, armamento e incentivos a los policías, así como una reestructuración operacional y técnica, pero proponía también “crear una Policía Nacional regida por la pena de muerte como castigo ejemplar para los elementos que establezcan alianzas con el crimen organizado” (El Universal, 25 de agosto, 2008).
El proyecto buscaba profesionalizar a las policías con disciplina tipo castrense, así como retirar a los soldados de las calles.
El General Adalid Mier, era el responsable del proyecto.
En unos meses más, los vecinos de ese Municipio atestiguarán el éxito o el fracaso del proyecto de Adalid para salvar a ese pulmón económico de Monterrey del azote de los cárteles y su venta de seguridad, al más puro estilo de las mafias sicilianas, escribía Medellín en septiembre de 2009.
Hoy Todo parece indicar que no fue así y a ocho meses de su nombramiento en la administración municipal de Mauricio Fernández, el general Adalid Mier prefirió tirar la toalla.
es increible como pueden hablar de una persona y expresarse asi sin el menor conocimiento de ella solo porque tienen un espacio para hacerlo, es tan facil ser un tinterillo y sentarse tras un escritorio y el anonimato a escribir o simplemente leer los articulos de otros igual de ignorantes que el que publica, en vez de salir al campo y conocer realmente de cerca a los personajes, es una porqueria el periodismo en Mèxico, por eso los asesinan, porque sin el menor reparo hablan de la gente y los destrozan sin importar el daño que puedan causarle o a sus familias, pero dificilmente dudo que puedan darle a los talones a este personaje, porque quisiera ver a cualquiera de ustedes, bola de cobardes enfrentar toda una vida a delincuentes y ratas con la frente en alto y sin ocultarse bajo un pasamontañas o tras un escritorio, sin importar aùn lo mal agradecidos que puedan ser los demàs, ponganse a trabajar y fajense los pantalones bola de cobardes arguenderos, porque por tantos cobardes como ustedes exìsten unos cuantos no menos cobardes, que se sienten envalentonados y que le hacen la vida de cuadros al pais, en vez de andar en chismes de verduleras…
Alejandrina, le mando un saludo…
Lo ocurrido con el general Adalid no es algo personal o una critica de gente que no se faja los pantalones o que escribe cosas que desconoce…
Se trata de una problemática mas profunda y grave que la de atacar a alguien fácilmente, desde la supuesta comodidad de un escritorio…
El problema que vivió el general Adalid es el que han vivido muchos otros militares en retiro o con licencia que han sido enviados a cumplir funciones de seguridad pública en algún estado…
El desgaste institucional, la tremenda penetración del narcotráfico en todas las estructuras de seguridad de los tres niveles de gobierno y la insistencia en imponer estrategias de combate que terminan por enfrentar a dependencia como la Sedena y la SSPF, son parte de las consecuencias de un esquema de combate contra el crimen organizado que sigue privilegiando la lucha policiaco-militar en lugar de destinar recursos a diversos frentes paralelos como la prevención, la atención médica a los adictos, EL ATAQUE FRONTAL A LAS INSTITUCIONES DEDICADAS A LAVAR DINERO DENTRO Y FUERA DE MEXICO y a las redes empresariales, bancarias, políticas y de gobierno estatal que apoyan y sostienen el negocio del narco en México…
Desde esta perspectiva, el general Adalid sería una víctima o un personaje más en la cadena de intentos aislados por contener una parte del fenómeno del narco.
O acaso Alejandrina, ¿el general Adalid tuvo alguna vez el control, por mínimo que fuera, del pequeño ejército de 2 mil informantes contratados por el alcalde Mauricio Fernández para supuestamente enfrentar (con bravuconadas) a los cárteles que operan en San Pedro Garza García?
Nunca.
De ahi en adelante, ¿qué espacio real de acción, de apoyo y profundidad tuvo Adalid para intentar algo en beneficio de la comunidad?
Debe haber sido muy escaso.
Los intereses que el general quería combatir le salieron al paso.
Así, es poco menos que imposible limpiar a los cuerpos policiacos y COMENZAR a enfrentar a cárteles, plagiarios, asaltantes, pandilleros, ….