La tensión en el estado de Jalisco ha llegado a tales extremos, que podría cortarse con un cuchillo, tanto así, que hasta el complejo penitenciario de Puente Grande vive el caos después del operativo del viernes pasado, lo que pudo provocar un verdadero motín a su interior esta tarde causado por la falta de mando en las tareas de seguridad del mismo.
El gobernador de la entidad ha tenido mucho que ver en este asunto, ya que desde su regreso de China, a donde estuvo casi una semana, no sólo se ha dedicado a tratar de convencer a la ciudadanía de que sus colaboradores son “fieles” a las tareas que tienen asignadas, sino que ahora hasta pide felicitaciones para ellos, por acciones en las que se sabe a ciencia cierta que no han tenido participación y sí ausencias importantes que él califica como menores.
Por la mañana, el titular del Ejecutivo estatal, negó que vaya a aplicar sanción alguna al secretario general de Gobierno, Fernando Guzmán Pérez Peláez, como lo demandó el Congreso del estado, “por su irresponsabilidad al haber abandonado el país en ausencia del propio mandatario, como se lo marca la Ley en la materia.
Más aún, lo justificó y precisó que fueron sólo unas horas las que hubo ese “vacío de poder” en la entidad, precisamente en momentos en que se descubrió al interior de Puente Grande la red de corrupción imperante que permitió el ingreso de armas como rifles de asalto R-15, pistolas .9 milímetros, drogas, como cocaína y una serie de implementos que nadie ha explicado como llegaron a la zona de visitas conyugales, y donde quien manda es realmente Miguel Ángel Azueta, el Mike.
Dice Emilio González que, de comparecer, el Secretario de Seguridad Pública, Luis Carlos Nájera, deberá de ser felicitado por los diputados por los resultados arrojados, ya que a su decir, fue él quien planeó el operativo realizado desde la noche del jueves y hasta la mañana del viernes, pese a que ni siquiera se encontraba en la ciudad, precisamente por estar al lado del mandatario jalisciense en la ciudad de Mérida con asuntos de los Juegos Panamericanos.
Lo que no dijo el gobernador fue que el Ejército acudió a la instalaciones del Reclusorio Preventivo después de recibir una serie de denuncias y una llamada anónima que reportaba la existencia de lo asegurado. Fue tan sorpresivo al operativo para las autoridades locales, que a decir de los propios diputados, Luis Carlos Nájera llamó al director del Centro Penitenciario “para que diera las facilidades a los militares y estuviera presente durante las acciones a realizar. Es más, a decir del mismo funcionario, no pudo pasar los retenes de los castrenses y por eso optó por mejor “desaparecer” e ir en busca del amparo que ya obtuvo de un Juez federal para evitar ser detenido.
Errores provocan caos en Puente Grande
Como si algo faltara a la ineficiencia, que el gobernador trata de ocultar, esta tarde una mala interpretación de una petición del Juez Noveno de lo Penal de Puente Grande provocó que se desalojaran áreas que no habían sido previstas en esa solicitud; incluso se llegó a temer un motín al interior del Complejo Penitenciario, por la intensa movilización que se suscitó después de ello.
Tras la llamada, que algunos no identifican quien la realizó, llegaron militares y policías estatales hasta el Reclusorio; comenzaban a desalojar áreas como Defensoría de Oficio y los empleados de los juzgados fueron autorizados a retirarse. En el exterior, familiares y trabajadores del penal se arremolinaron, en un intento, unos por conocer que sucedía y otros por huir del lugar, por un “posible cateo”.
Nada sucedió, a decir de la Secretaría de Seguridad Pública, la cual no informó sobre la situación hacia el interior de las crujías, donde todos temían un amotinamiento.
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