Y… la Fea se convirtió en esposa

Esto quizá debí haberlo escrito hace semana y media que terminó la novela que alcanzó el mayor raiting en la historia de la televisión: La Fea más Bella.

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No lo hice entonces, porque por mi cabeza pasaban muchas cosas; por mi cerebro circulaban un sinnúmero de ideas y transitaban miles de imágenes.

Me hizo recordar los días en que comenzó a transmitirse. Yo me encontraba postrado en mi cama, como muchas otras ocasiones. Junto a mí una mujer a la que quise mucho.

Comenzó y no me perdí los primeros capítulos; me causaron gracia, risa, entretenimiento. Fueron ratos en que pude distraerme de tanto dormir.

La historia continúo. Traté de verla a la hora de la comida, porque para entonces ya había regresado a trabajar. La historia se fue tornando absurda en varias de las escenas, curiosa en cuanto a la relación laboral que se presentaba con el \”Cuartel\”, pero la historia central, la de amor fue tomando su paso.

Fernando y Lety comenzaron a dar muestras de interés. Él, al principio, la ignoró; después trató de jugar con ella y posteriormente se enamoró de ella; quizá ya era tarde, los errores cometidos casi le cuestan su pérdida.

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Fernando dejó a la mujer con quien estaba comprometido e inició el proceso de conquista hasta que fue descubierto por la amada, Lety. La narración comenzó entonces a tomar un sesgo muy personal. La realidad parecía estarse plasmando entre la novela.

La lucha por el poder del amor se hizo más patente, cuando apareció en escena un tercero en discordia. Aldo vendría a llenar ese hueco que había creado el desefado propiciado por Fernando y su amigo inseparable. Ella junto al mar, al lado de su nuevo amigo, disfrutó, se dejó llevar y descubrió que la vida es algo más que un sólo hombre o que un mundo cerrado en la oficina.

El mar le hizo descubrir la belleza que hay en el horizonte y lo lejos que se puede llegar cuando en verdad se cree en uno mismo. El nuevo amigo le hizo ver que el amor es más allá que la carátula que representa la piel, la cara, los braquets, el chongo o el pelo relamido, la gordura o la ropa holgada.

Lety descubrió que los halagos, los detalles, las atenciones, significan mucho más que un absorbente individuos que se postra a su lado permanentemente y que lo único que busca es llamar su atención.

\"Cancún\"

La novela fue entonces más interesante, aunque a muchos no les haya gustado por cursi y por el ambiente que le crearon de cursilerías y desfachateses, como las de Simon y su querida Paula María.

La historia llegó a su fin y las cosas regresaron a su cause. Aldo entendió que el amor está sobre todo lo irrelevante y pese a querer a Lety como a ninguna mujer en su vida, tuvo que hacerse a un lado para dar paso a la verdad. Dejó a su amada en manos de quien realmente creó en su corazón ese sentimiento, del que todos algún día somos presa fácil.

Se casaron y vivieron muy felices. ¿Cuánto tiempo?, eso nunca lo sabremos, porque no habrá segunda parte y, además, dicen que las segundas partes son malas.

Aldo se quedó en el mar, sólo, acompañado únicamente de ese sonido que nos brinda la brisa del agua cuando azota en las playas y que tanta serenidad crea en el fondo de nuestro ser.

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