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Por Ricardo Pérez Montfort
Murmullos y Reflejos,
la noche ronronea citadina
hacia la profundidad del domingo
¿Qué hacer para que regreses?
Que no se entienda la multiplicidad de lo posible,
eso forma parte de la lucha cotidiana.
Que el modelo sea la única respuesta
no es más que una imposición,
un acto de intolerancia.
Lo que va pasando lo conforman tantas cosas
y sucede tan de pronto
que no hay lugar para cerrar espacios,
porque tú y yo solamente somos dos,
uno y otro, frente a tantas cosas.
La mirada se abre para todo lo que ve,
cada punto de imagen
puede entrar;
si trae dolor se pide una contraseña,
aunque es preferible que se queden afuera.
Lo demás, que es mucho,
se encuentra en el camino,
podrá llegar hasta donde quiera.
Es cosa tuya querer entrar.
Es cosa mía abrir la puerta.
O quizás sea hora de cuidar el paso,
quedarse en el umbral,
sin prisa,
a ver qué pasa.
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